En Español Archives - FactCheck.org https://www.factcheck.org/es/en-espanol/ A Project of The Annenberg Public Policy Center Fri, 16 Jun 2023 20:42:13 +0000 es-MX hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.2 Video: Preguntas y respuestas sobre el fin de la emergencia de salud pública por el COVID-19 https://www.factcheck.org/es/2023/06/scicheck-video-preguntas-y-respuestas-sobre-el-fin-de-la-emergencia-de-salud-publica-por-el-covid-19/ Fri, 16 Jun 2023 20:31:40 +0000 https://www.factcheck.org/?p=236646 People wait in line for COVID-19 testingEn este video, colaboramos con Factchequeado para contestar algunas preguntas sobre cómo el fin de la declaración federal de emergencia de salud pública por el COVID-19 podría afectarle.

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La declaración federal de emergencia de salud pública por el COVID-19 finalizó el 11 de mayo, lo que traerá consigo cambios en la atención médica y en los beneficios para el público. En este video, FactCheck.org se asoció con Factchequeado para contestar algunas preguntas sobre cómo esto podría afectarle. 

El fin de la emergencia de salud pública no es fin de todos los beneficios relacionados con la pandemia, por lo que puede que muchas personas no noten una diferencia inmediatamente, como nos dijo Anne Sosin, becaria de política que estudia equidad en salud rural en el Centro Nelson A. Rockefeller en Dartmouth. 

En general, el “impacto de mayor alcance” producido directamente por el fin de la emergencia de salud pública, según la KFF, es el aumento del costo de las pruebas de detección del COVID-19. Las personas en Medicaid aún podrán obtener pruebas gratuitas hasta septiembre de 2024, pero los aseguradores ya no cubren pruebas caseras para la mayoría de la gente. 

El costo de las vacunas y tratamientos no cambiará inmediatamente. Sin embargo, se espera que las vacunas gratis del gobierno solo duren hasta el verano o comienzos del otoño.

Muchos de los beneficios de telesalud para las personas en Medicaid y Medicare se hicieron permanentes o fueron extendidos hasta fines de 2024. 

Para más detalles, lea nuestro artículo “Preguntas y respuestas sobre el fin de la emergencia de salud pública por el COVID-19”, que al igual que el video está disponible en inglés y español. 

Este video es el primero de una serie de videos producidos en conjunto por FactCheck.org y Factchequeado, un medio que busca contrarrestar la desinformación en español en la comunidad latina en EE. UU., para proporcionar información correcta sobre temas de salud.


Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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Los respiradores salvan vidas, no causaron ‘casi todas’ las muertes por COVID-19 https://www.factcheck.org/es/2023/06/scicheck-los-respiradores-salvan-vidas-no-causaron-casi-todas-las-muertes-por-covid-19/ Mon, 12 Jun 2023 18:14:52 +0000 https://www.factcheck.org/?p=236053 Los respiradores pueden salvar la vida de los pacientes con COVID-19 en estado crítico. La afirmación en las redes sociales que dice que un estudio muestra que los respiradores mataron a “casi todos” los pacientes de COVID-19 es “ciertamente equivocada”, según el autor del estudio. Las complicaciones asociadas a la ventilación mecánica pueden contribuir a la muerte, pero sin ella, los pacientes a los que se suele conectar a un respirador, morirían.

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Compendio SciCheck

Los respiradores pueden salvar la vida de los pacientes con COVID-19 en estado crítico. La afirmación en las redes sociales que dice que un estudio muestra que los respiradores mataron a “casi todos” los pacientes de COVID-19 es “ciertamente equivocada”, según el autor del estudio. Las complicaciones asociadas a la ventilación mecánica pueden contribuir a la muerte, pero sin ella, los pacientes a los que se suele conectar a un respirador, morirían.


Historia completa

El COVID-19 puede causar daños pulmonares e insuficiencia respiratoria. Los respiradores mecánicos pueden salvar la vida de pacientes que no pueden respirar lo suficientemente bien como para suministrar oxígeno a su organismo y darles tiempo para la recuperación. La ventilación mecánica ayuda a las personas a respirar al empujar aire en los pulmones a través de un tubo que se introduce por la tráquea.

Aun así, en las redes sociales se ha compartido un artículo de People’s Voice con un titular falso: “Informe Oficial: Los respiradores mataron a casi TODOS los pacientes con COVID”. The People’s Voice, antiguamente News Punch, publica con frecuencia artículos con titulares falsos e incendiarios.

Las publicaciones tergiversan las conclusiones de un estudio que apareció en abril en la revista Journal of Clinical Investigation. La idea de que los respiradores, y no el COVID-19, mataron a casi todos los pacientes con COVID-19 es “ciertamente equivocada”, nos dijo uno de los autores del estudio, el Dr. Benjamin Singer, neumólogo y médico de cuidados intensivos de Northwestern Medicine.

El representante Thomas Massie, republicano de Kentucky, también tergiversó las conclusiones del estudio al tuitear: “¿Cuántos pacientes con COVID murieron debido al uso de respiradores? Un examen reciente de los datos sugiere que bastantes”.

La idea de que los respiradores son peligrosos, y no el COVID-19, es una interpretación errónea de los datos de su estudio, dijo Singer. “No es el respirador la causa de la muerte”, dijo. “El respirador fue en gran medida un soporte vital para estos pacientes. En última instancia, fue el COVID-19” el que causó las muertes.

El estudio de Singer analizó a 585 personas conectadas a respiradores debido a una insuficiencia respiratoria entre 2018 y 2022 en el Northwestern Memorial Hospital. Estas personas padecían principalmente COVID-19 o alguna otra enfermedad infecciosa, como otra enfermedad vírica o bacteriana.

Foto por Sergey Ryzhov / stock.adobe.com

Alrededor de la mitad de estos pacientes muy enfermos que necesitaron ventilación mecánica (personas que probablemente habrían muerto sin la intervención) sobrevivieron a su enfermedad. La tasa de supervivencia fue similar tanto si padecieron COVID-19 como otra enfermedad y coincidió con la tasa de supervivencia de los pacientes con COVID-19 que requirieron ventilación mecánica hallada en otro estudio más amplio.

El estudio de Singer exploró en qué grado contribuye a la muerte una conocida complicación relacionada con los respiradores, denominada neumonía asociada al respirador (NAR), y descubrió que la complicación es más frecuente en personas con COVID-19 y, que cuando no se resuelve, está asociada a la muerte. La NAR suele tratarse con antibióticos.

Es probable que las personas con COVID-19 tengan un riesgo elevado de NAR porque permanecen conectadas al respirador durante periodos más largos que la media. Según Singer, el COVID-19 también afecta al sistema inmunitario y daña la superficie de los pulmones de maneras únicas, lo que podría hacerlos más susceptibles a infecciones secundarias.

La NAR contribuye a la muerte en algunos pacientes con COVID-19 y otras enfermedades infecciosas, explicó el Dr. Mark Metersky, neumólogo y médico de cuidados intensivos y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Connecticut que no participó en el estudio.

Sin embargo, prácticamente todos estos pacientes habrían muerto si no se les hubiera conectado a un respirador, afirmó. “No es que el respirador los matara, a los que murieron. Es que el respirador no consiguió salvarlos”.

Tampoco hay pruebas que respalden una afirmación similar en un mensaje popular en las redes que dice que los profesionales médicos ponen a los pacientes en respiradores debido a incentivos financieros, como nosotros y otros investigadores que verifican información explicamos anteriormente. Es habitual que los hospitales reciban más dinero por pacientes que requieren más cuidados, como los que están conectados a respiradores.

Estudio analiza la neumonía asociada al respirador

La NAR suele presentarse como una forma de neumonía secundaria, lo que significa que aparece en pacientes que ya tienen otro diagnóstico de neumonía, como la neumonía resultante del COVID-19, la gripe o una infección bacteriana.

Se diagnostica neumonía cuando los pulmones se inflaman con líquido debido a una infección respiratoria. La NAR suele producirse por la introducción de bacterias en los pulmones a través de la tráquea del paciente.

El nuevo trabajo de Singer revela que, una vez que los pacientes muy enfermos por COVID-19 están conectados a un respirador, corren un mayor riesgo de padecer NAR en comparación con otros pacientes con neumonía similarmente enfermos.

Además, el estudio revela que “la curación o no de la neumonía asociada al respirador fue un determinante importante a la hora de que los pacientes sobrevivieran o muriesen en la UCI”, dijo. Sin embargo, el mero hecho de ser diagnosticado de NAR no se asoció a un mayor riesgo de muerte.

Basándose en estas conclusiones, el artículo de People’s Voice hace una afirmación falsa, que fue ampliamente compartida: “Casi todos los pacientes con COVID-19 que murieron en el hospital durante la fase inicial de la pandemia fallecieron como consecuencia directa de haber sido conectados a un respirador, según concluye un nuevo y preocupante informe”.

En primer lugar, han muerto muchos pacientes hospitalizados con COVID-19 que nunca estuvieron conectados a un respirador. Además, el estudio de Singer no se limitó a “la fase inicial de la pandemia”, sino que abarcó hasta marzo de 2022.

Como hemos dicho, esta línea de pensamiento también es engañosa porque no deja claro que los pacientes conectados a respiradores normalmente habrían muerto sin ellos. También es falso que el estudio de Singer demostrara que las complicaciones asociadas a los respiradores mataron a “casi todos” los pacientes ventilados mecánicamente que fallecieron.

El artículo de People’s Voice explica su razonamiento diciendo que “la mayoría de los pacientes” conectados a respiradores debido al COVID-19 presentaron NAR. “Así pues, aunque el COVID-19 puede haber llevado a estos pacientes al hospital, en realidad fue una infección secundaria provocada por el uso de un respirador lo que les causó la muerte”, dice el artículo.

En realidad, el 57% de los pacientes con COVID-19 y ventilación mecánica en el estudio padecieron NAR y también la padeció una cuarta parte de los demás pacientes con neumonía y ventilación mecánica. Alrededor de la mitad de todos los pacientes con NAR murieron, lo que “no fue significativamente diferente” de la tasa de mortalidad en pacientes con ventilación mecánica que no tuvieron NAR, según el estudio.

Singer y sus colegas descubrieron que los pacientes cuya NAR no se trató con éxito tuvieron más probabilidades de morir que los pacientes cuya NAR se resolvió, lo que indica una conexión entre la NAR y los malos resultados. El estudio no fue aleatorizado, y los investigadores escriben que no pueden determinar definitivamente que la NAR no resuelta, y no algún otro factor asociado a ella, conduzca a malos resultados.

Metersky se mostró escéptico ante la posibilidad de que la NAR contribuya tanto a la mortalidad, y señaló otros estudios que muestran una tasa de NAR más baja en pacientes con neumonía que la hallada en el estudio de Singer.

“Sí, algunos pacientes conectados a un respirador tendrán una complicación mortal”, dijo Metersky. Según los datos anteriores a la pandemia, “probablemente 1 de cada 100” pacientes conectados a un respirador presentará una NAR mortal. Dado que el número de pacientes con COVID-19 que padecen NAR es aproximadamente el doble del de otros pacientes con neumonía conectados a un respirador, dijo que esto indicaría que alrededor del 2% de las personas con COVID-19 conectadas a un respirador mueren de NAR.

“Pero hay otras complicaciones”, dijo Metersky. Por ejemplo, pueden incluir daño a los pulmones por el alto nivel de oxígeno y la presión de aire del respirador, o efectos secundarios de los fármacos utilizados para sedar a las personas que están conectadas a un respirador. “Por eso no conectamos a un paciente a un respirador a menos que sea absolutamente necesario”, agregó.

En cualquier caso, “es ridículo partir de ese estudio para decir que los respiradores están matando a todas estas personas”, dijo Metersky, refiriéndose a la afirmación de que casi todas las muertes de pacientes con COVID-19 fueron causadas por los respiradores.

La ventilación temprana no causó muertes masivas

Otras afirmaciones falsas, revisadas anteriormente por otros, afirman que el uso excesivo de respiradores desempeñó un papel importante en la primera oleada de muertes por el COVID-19.

Singer y Metersky señalaron que, al principio de la pandemia, hubo algunas sugerencias de que los médicos conectaran a los pacientes con COVID-19 a respiradores antes que a otros pacientes con neumonía, ante la preocupación de que la insuficiencia respiratoria pudiera progresar muy rápidamente.

Pronto se llamó a la prudencia a la hora de utilizar la ventilación mecánica antes de tiempo, y estas prácticas se abandonaron rápidamente, según Singer. “Las indicaciones estándar para el inicio de la ventilación mecánica son realmente las mismas de siempre” para los pacientes con neumonía, dijo, independientemente de si tienen COVID-19.

Muchos datos sobre las recomendaciones para la ventilación mecánica temprana no están claros. En primer lugar, no había una definición estándar de lo que los expertos querían decir cuando recomendaban la ventilación mecánica “temprana”. Las decisiones sobre cuándo los pacientes requieren ventilación mecánica se basan en el mejor criterio de sus médicos a medida que controlan múltiples indicadores. Los médicos quieren estar seguros de que el respirador es realmente necesario, de que sin él, el paciente se encamina hacia la muerte por insuficiencia respiratoria. Pero tampoco quieren esperar a que el paciente sufra daños en los órganos por falta de oxígeno.

En segundo lugar, no está claro hasta qué punto se generalizó la ventilación mecánica temprana. Singer mencionó que su propio artículo reciente mostraba que Northwestern Medicine conectaba a los pacientes con COVID-19 a un respirador después de una cantidad de tiempo en la UCI similar a la de otros pacientes con neumonía. Otros han señalado que algunos médicos al principio de la pandemia tomaron medidas para evitar conectar a los pacientes a un respirador debido a la escasez de estos.

Por último, no se sabe con certeza qué impacto tuvo la ventilación mecánica temprana en los pacientes. Las investigaciones disponibles, revisadas recientemente en un blog por el epidemiólogo Gideon Meyerowitz-Katz, candidato al doctorado en la Universidad de Wollongong (Australia), indican que la ventilación temprana frente a la tardía no afectó de forma apreciable a las muertes por COVID-19. Por ejemplo, un estudio de revisión que agrupó y analizó datos de múltiples estudios descubrió que la utilización de un respirador en el día siguiente al ingreso en la UCI no tuvo ningún efecto sobre la mortalidad.

Es posible que, en ocasiones, se utilizaran respiradores en personas que podrían haberlos evitado, pero esto es difícil de cuantificar.

“Probablemente hubo un pequeño número de pacientes a los que se conectó a un respirador que, en última instancia, podrían no haberlo necesitado”, dijo Metersky. “A medida que conocimos mejor la enfermedad, aprendimos a reconocer que algunos pacientes podían no necesitar el respirador. Pero no se trató de esta gran conspiración de conectar a todos al respirador cuando, en su lugar, podrían haberse ido a casa”.


Traducido por Claudia Cohen. 

Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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Vacunas de ARNm protegen contra el COVID-19, al contrario de lo que afirman publicaciones engañosas https://www.factcheck.org/es/2023/05/scicheck-vacunas-de-arnm-protegen-contra-el-covid-19-al-contrario-de-lo-que-afirman-publicaciones-enganosas/ Wed, 31 May 2023 21:45:35 +0000 https://www.factcheck.org/?p=235397 Numerosos estudios han demostrado que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 son seguras y efectivas en la prevención de enfermedades graves y la muerte por COVID-19. Pero algunas publicaciones en las redes sociales citan un estudio criticado que se enfoca en la mortalidad general para insinuar falsamente que las vacunas son dañinas y no funcionan.

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Compendio SciCheck

Numerosos estudios han demostrado que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 son seguras y efectivas en la prevención de enfermedades graves y la muerte por COVID-19. Pero algunas publicaciones en las redes sociales citan un estudio criticado que se enfoca en la mortalidad general para insinuar falsamente que las vacunas son dañinas y no funcionan.


Historia completa

Ambas vacunas de ARNm contra el COVID-19, la de Moderna y la de Pfizer/BioNTech, mostraron excelentes resultados en los ensayos clínicos. No se informaron problemas graves de seguridad para ninguna de ellas y ambas mostraron una eficacia mayor al 90% en la prevención del COVID-19 sintomático y grave. 

Con la llegada de nuevas variantes del virus y el paso del tiempo, las vacunas ya no proporcionan una gran protección contra la enfermedad leve, pero muchos estudios han demostrado que estas vacunas funcionan muy bien en la prevención del COVID-19 grave y la muerte. Una estimación sugiere que las vacunas contra el COVID-19 previnieron más de 3 millones de muertes en EE. UU.

La vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson, que tiene otro diseño y usa un adenovirus inofensivo para iniciar una respuesta inmunitaria, mostró una eficacia un tanto menor. Aunque no se detectaron problemas de seguridad graves en los ensayos clínicos, poco después de que la vacuna fuera autorizada para su uso en EE. UU. se informó de una afección rara y peligrosa de coágulos de sangre junto con una disminución en las plaquetas, conocida como síndrome de trombosis-trombocitopenia. En 2022, la FDA limitó su autorización. Ahora que expiraron las últimas dosis en mayo, la vacuna ya no está disponible en el país. 

Pero algunas publicaciones en las redes sociales citan un estudio reciente que volvió a analizar datos de los ensayos clínicos originales para comparar el impacto de ambos tipo de vacunas contra el COVID-19 (de ARNm y de vector viral o adenovirus) en muertes por todas las causas, para insinuar incorrectamente que las vacunas de ARNm son peligrosas o no tienen ningún efecto en la mortalidad por COVID-19. 

“Investigadores revelan inadvertidamente que las vacunas de ARNm contra el COVID-19 NO ESTÁN ASOCIADAS CON UNA MORTALIDAD MÁS BAJA en una reevaluación de los ensayos controlados aleatorizados (RCT)”, dice un mensaje en Instagram, que también da a entender engañosamente que los datos del ensayo original fueron interpretados incorrectamente. “27 de las 31 muertes en el RCT que recibieron Moderna o Pfizer estaban relacionadas con la sangre, el corazón o las arterias, para la sorpresa de nadie que haya prestado atención”, agrega el mensaje. 

“Las vacunas del COVID tuvieron CERO impacto en la reducción de muertes, según un estudio”, dice el titular de una nota en un sitio web conservador. 

Las publicaciones no especifican que el estudio se refiere a mortalidad general, llevando a muchos a asumir incorrectamente que las vacunas no protegen contra la muerte por COVID-19. 

Han ocurrido casos de inflamación del músculo cardíaco o el tejido que lo rodea, lo que se conoce como miocarditis o pericarditis, tras la vacunación contra el COVID-19 con vacunas de ARNm, principalmente en hombres jóvenes, tras una segunda dosis. Pero los casos son raros y los pacientes generalmente responden bien a los medicamentos y se recuperan rápidamente. 

Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Moderna y Pfizer/BioNTech no han sido asociadas con ningún otro problema cardíaco. Tampoco han mostrado aumentar el riesgo de muerte. Estudio tras estudio ha confirmado que los beneficios superan los pequeños riesgos. 

Un joven recibe la vacuna contra el COVID-19 en una clínica. Foto por Ivan Pantic via Getty Images.

El estudio citado fue publicado en abril en la revista iScience por investigadores de Dinamarca, los Países Bajos y Alemania. Los autores volvieron a analizar los datos de mortalidad informados en los ensayos clínicos y encontraron que las vacunas de vector viral parecían reducir la muerte por cualquier causa, mientras que las de ARNm no lo hacían. Concluyeron que las vacunas de vector viral podrían tener algunos efectos beneficiosos.

Algunos científicos han cuestionado el estudio desde que se publicó como borrador en 2022. En ese momento, el estudio también se malinterpretó y fue utilizado para afirmar engañosamente que las vacunas de ARNm “no brindan ningún beneficio de mortalidad”, como escribieron nuestros colegas de PolitiFact. 

Los autores han reconocido las limitaciones del estudio y han respondido a algunas de las críticas, pero no han corregido explícitamente las afirmaciones de que las vacunas son peligrosas o no reducen la mortalidad por COVID-19. 

“No es posible decir, basados en nuestros hallazgos, que las ‘vacunas de ARNm contra el COVID-19 no son efectivas o que causan daños’”, nos dijo en un correo electrónico la Dra. Christine Stabell Benn, autora principal del estudio. 

Pero Benn, que es parte de un controvertido comité creado por el gobernador de Florida Ron DeSantis para aconsejar al estado en asuntos de salud pública, también nos dijo que los resultados de los ensayos clínicos “no excluyen” la posibilidad de que las vacunas “estén asociadas con un daño considerable”. Como hemos informado, el comité de expertos contrarios de DeSantis sostuvo una mesa redonda en diciembre en la que afirmaron que las vacunas contra el COVID-19 son demasiado riesgosas. 

El estudio de iScience

El objetivo del estudio de iScience era determinar si las vacunas contra el COVID-19 tienen efectos amplios en el sistema inmunitario, más allá de la capacidad de la vacuna para preparar al sistema inmunitario para combatir mejor el coronavirus. En particular, los autores querían usar datos disponibles de los ensayos para ver si las vacunas tuvieron un efecto sobre la mortalidad general. 

Dos de los autores del estudio, Benn y Peter Aaby, ambos profesores en la Universidad del Sur de Dinamarca, han estado estudiando durante décadas lo que se conoce como efectos no específicos de las vacunas, o efectos secundarios de las vacunas

Por lo general, no se espera que las vacunas dirigidas contra una enfermedad en particular tengan algún efecto sobre otras enfermedades, ya que el sistema inmunitario responde a un patógeno específico. Pero algunos estudios epidemiológicos sugieren que algunas vacunas pueden tener efectos más amplios. El concepto aún está poco estudiado y aún hay muchas preguntas sin respuesta, según dice el informe de un taller sobre el tema realizado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en julio de 2021. 

Para estudiar los efectos de las vacunas contra el COVID-19 en la mortalidad general, los investigadores contaron las muertes registradas en los dos ensayos principales de ARNm y en cinco ensayos de tres tipos de vacunas de vector viral. Luego combinaron los datos para cada tipo de vacuna y los compararon. 

Para las vacunas de ARNm, hubo un total de 74.193 participantes en los ensayos de Pfizer/BioNTech y de Moderna. Entre ellos, hubo 61 muertes: 31 en los grupos de la vacuna y 30 en los grupos de placebo. La mitad de las muertes no relacionadas con el COVID-19 (27 de 54) estaban relacionadas con problemas cardiovasculares, según el estudio, y las vacunas no tuvieron ningún efecto beneficioso sobre esas muertes, según los investigadores. 

“No hubo beneficios evidentes en estas vacunas más allá de prevenir la mortalidad por COVID-19, lo que no es sorprendente”, dijo el Dr. Peter J. Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical en la Escuela de Medicina de Baylor, tras revisar el estudio para nosotros. “Y sabemos, por ejemplo, que después de que las vacunas estuvieron disponibles ampliamente en Estados Unidos, los beneficios de las vacunas de ARNm en términos de prevención de la mortalidad por COVID-19 fueron abrumadores”. 

En los ensayos de vacunas de vector viral incluidas en el estudio, hubo un total de 122.164 participantes, con 46 muertes entre ellos: 16 en los grupos de la vacuna, 30 en los grupos de placebo. Por lo tanto, los investigadores concluyeron, los datos sugieren que estas vacunas estuvieron asociadas con una reducción en la mortalidad general, lo que atribuyeron a una menor mortalidad por COVID-19 y una menor mortalidad por problemas cardiovasculares (no hubo muertes por causas cardiovasculares en los grupos de vacuna y hubo ocho muertes en los grupos de placebo). 

“Los resultados sugieren que las vacunas de vector viral en comparación con el placebo tuvieron efectos no específicos beneficiosos, reduciendo el riesgo de otras enfermedades no relacionadas con el COVID-19. La causa más importante de fallecimientos no relacionados con el COVID-19 fue la enfermedad cardiovascular, contra la cual los datos de los ensayos controlados aleatorizados sugieren que las vacunas de vector viral brindan al menos cierta protección” dijeron los investigadores. 

Los autores especulan que las vacunas de vector viral “preparan al sistema inmunitario de una manera similar a las vacunas de virus ‘vivos’”, que es un tipo de vacuna que utiliza un virus debilitado y es la que, en sus estudios anteriores, ha sido más frecuentemente asociada con efectos no específicos. 

Pero para otros científicos, estos resultados están siendo sobreinterpretados. Los datos no permiten un análisis significativo, dicen, ya que los ensayos de las vacunas no fueron diseñados para evaluar la mortalidad y los datos disponibles son mínimos. 

“Es difícil decir algo muy concluyente”, dijo sobre la investigación Hotez, que participó en el taller sobre efectos secundarios de las vacunas del NIAID. En cualquier caso, dijo, lo único que puede hacer es generar una hipótesis que necesitaría pruebas e investigaciones mucho más amplias.

“Las afirmaciones sobre las vacunas de ARNm, incluyendo los supuestos efectos cardiovasculares, se basan en muy pocos eventos como para llegar a alguna conclusión realista”, nos dijo en un correo electrónico Gideon Meyerowitz-Katz, epidemiólogo de la Universidad de Wollongong en Australia.

“Además, tenemos una enorme cantidad de evidencia más reciente que demuestra que las vacunes de ARNm salvan vidas. Este análisis en particular toma un puñado de muertes de poblaciones muy diferentes – los ensayos de las vacunas de ARNm se realizaron en una población de pacientes muy distinta a la de los ensayos de las vacunas de vector viral – y las compara de manera inapropiada”. 

Agregó que era preocupante que el estudio utilizara datos del ensayo de la vacuna de vector viral rusa Sputnik. Meyerowitz-Katz y others han encontrado inconsistencias en los datos de ese ensayo, lo que cuestiona cuán confiable son. 

El Dr. David R. Boulware, profesor de medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de Minnesota, nos dijo que el hecho de que los ensayos se efectuarán en distintas partes del mundo es muy significativo. 

“Los ensayos de las vacunas de vector viral … se realizaron principalmente en países de ingresos bajos y medios, donde el índice general de letalidad fue de un 2%. La mortalidad en los ensayos de las vacunas de ARNm, se realizaron mayoritariamente en países de ingresos altos, fue de un 0,3%. Las muertes fueron muy pocas como para mostrar una reducción”, nos dijo en un correo electrónico. 

Benn y su equipo respondieron a estas preocupaciones en mayo de 2022, luego de publicar un borrador, y luego en mayo de 2023. Dijeron que los resultados de su investigación no debieran ser desestimados por la cantidad limitada de datos. 

“Nuestro mensaje principal es que sí, los datos son lamentablemente limitados, pero muestran una diferencia en el efecto sobre la mortalidad entre los dos tipos principales de vacunas que, si fuera cierto, tendría enormes implicancias para la salud mundial”, Benn escribió en Twitter.

Independientemente de si las vacunas de vector viral tienen efectos no específicos beneficiosos, no es correcto sugerir que las vacunas de ARNm no protegen contra la mortalidad por COVID-19, o dar a entender que son peligrosas.


Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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A los niños pequeños no se les ofrece tratamiento médico de transición de género https://www.factcheck.org/es/2023/05/scicheck-a-los-ninos-pequenos-no-se-les-ofrece-tratamiento-medico-de-transicion-de-genero/ Wed, 31 May 2023 17:15:57 +0000 https://www.factcheck.org/?p=235303 Las familias que acuden a un proveedor de salud para pedir información sobre la identidad de género de un niño pequeño pueden obtener respuesta a sus preguntas o recibir asesoramiento. En algunas publicaciones se afirma erróneamente que a los niños pequeños se les “hace la transición”. Para que quede claro, a los niños preadolescentes no se les ofrece cirugía ni medicamentos de transición.

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Compendio SciCheck

Las familias que acuden a un proveedor de salud para pedir información sobre la identidad de género de un niño pequeño pueden obtener respuesta a sus preguntas o recibir asesoramiento. En algunas publicaciones se afirma erróneamente que a los niños pequeños se les “hace la transición”. Para que quede claro, a los niños preadolescentes no se les ofrece cirugía ni medicamentos de transición.


Historia completa

Algunos niños se identifican con un género que no coincide con su sexo asignado al nacer. A estos niños se les llama transgénero, de género diverso o de género expansivo. Los médicos escuchan a los niños y a sus familiares, les ofrecen información y, en algunos casos, si es necesario, les ponen en contacto con servicios de salud mental.

Pero a los niños que aún no han entrado en la pubertad no se les recomiendan medicamentos, cirugías ni otros tratamientos de transición de género.

Publicaciones recientes en las redes sociales afirman de forma engañosa que instituciones médicas de Carolina del Norte están “transicionando a niños pequeños”, lo que califican de “tratamiento experimental”. Las publicaciones hacen referencia a la entrada de blog publicado por Education First Alliance, una organización conservadora sin fines de lucro de Carolina del Norte que afirma que muchas escuelas se dedican al “adoctrinamiento ideológico” de niños y necesitan ser reformadas.

El grupo ha defendido la aprobación de un proyecto de ley en Carolina del Norte que restringe los tratamientos médicos de transición de género antes de los 18 años. Ya son 18 los estados que han tomado medidas para limitar los tratamientos médicos de transición en menores de edad.

Un artículo muy difundido del Epoch Times que citaba la entrada del blog llevaba el falso titular: “Niños ‘transgénero’ de tan solo 2 años son mutilados y esterilizados por el sistema médico de Carolina del Norte, alega periodista”. El Epoch Times tiene un historial de publicar afirmaciones engañosas o falsas. El artículo sobre los niños transgénero desapareció de su sitio web, y el Epoch Times publicó un nuevo artículo aclarando que los niños pequeños no reciben bloqueadores hormonales, hormonas del género contrario, ni cirugías. 

Representantes de las tres instituciones de Carolina del Norte a las que se hace referencia en las publicaciones de las redes sociales nos dijeron, a través de declaraciones enviadas por correo electrónico, que no ofrecen cirugías ni otros tratamientos de transición a niños pequeños.

Universidad de Carolina del Este, 5 de mayo: ECU Health no ofrece cirugía de afirmación de género a menores ni el sistema de salud ofrece atención de transición de afirmación de género a niños pequeños.

ECU Health explicó que no ofrece bloqueadores de pubertad y que solo ofrece terapia hormonal después de la pubertad “en casos limitados”, como recomiendan las directrices nacionales y con el consentimiento de los padres o tutores. También afirmó que ofrece atención primaria interdisciplinar de afirmación de género a pacientes LGBTQ+, incluyendo el acceso a servicios como cuidados de salud mental, nutrición y asistencia social.

“Estos servicios de atención primaria están disponibles a todo paciente LGBTQ+ que necesite asistencia. ECU Health no proporciona atención relacionada con el género a pacientes de 2 a 4 años o cualquier etapa temprana”, dijo ECU.

Universidad de Carolina del Norte, 12 de mayo: Para ser claros: UNC Health no ofrece ninguna terapia de transición de género a niños pequeños. No realizamos ningún procedimiento quirúrgico o intervención médica de género en niños pequeños. Además, no llevamos a cabo investigaciones ni ensayos clínicos de género con niños.

Si el progenitor o progenitores de un niño pequeño tienen dudas o preguntas sobre el género de su hijo, el médico de atención primaria sin duda alguna les escuchará, pero nunca recomendará un tratamiento de género a un niño pequeño. La cirugía de género puede realizarse en personas mayores de 18 años.

Duke Health, 12 de mayo: Duke Health lleva muchos años proporcionando cuidados de género de alta calidad, compasivos y con base científica tanto a adolescentes como a adultos. Las decisiones sobre los tratamientos son tomadas por los pacientes, sus familias y sus proveedores, y son acordes tanto con su edad como con las directrices nacionales e internacionales. Según estas directrices profesionales y de acuerdo con las normas médicas aceptadas, las terapias hormonales explícitamente no se proporcionan a niños antes de la pubertad, y las cirugías de reafirmación de género, excepto en circunstancias extremadamente raras, solo se realizan después de los 18 años.

Tanto Duke como UNC calificaron de falsas las afirmaciones de que ofrecen tratamientos de transición de género a niños pequeños, y ECU se refirió a la “difusión premeditada de desinformación peligrosa en línea”.

Otras instituciones médicas tampoco ofrecen tratamientos con medicamentos o cirugías de afirmación de género a niños pequeños, nos dijo la psicóloga clínica Christy Olezeski, directora del Programa de Género Pediátrico de Yale, aunque algunas pueden ofrecer apoyo a las familias con niños pequeños o conectarlas con servicios de salud mental. 

La publicación de Education First Alliance también afirma que un médico “puede ver a una niña de 2 años jugando con un camión de juguete y, a continuación, iniciar un tratamiento de disforia de género”. Pero el simple hecho de jugar con un determinado juguete no cumple con los criterios de un diagnóstico de disforia de género, según el manual de diagnóstico médico utilizado por profesionales de la salud.

“Con los niños, queremos que se sientan cómodos y seguros de quiénes son. Queremos que se sientan cómodos y seguros de sí mismos en la forma en que quieran expresarse. Queremos que estén a salvo”, afirma Olezeski. “Todos estos principios se tienen en cuenta a la hora de atender a niños. No hay tratamientos médicos que se produzcan antes de la pubertad”.

La transición médica comienza durante la adolescencia o más tarde  

La entrada del blog de Education First Alliance no explica claramente lo que quiere decir cuando afirma que las instituciones de Carolina del Norte están “transicionando a niños pequeños”. Hace referencia al tratamiento y a la terapia hormonal sin aclarar la edad a la que se ofrece. 

Tan solo en la parte final del artículo se incluye una cita de un médico que afirma correctamente que a los niños no se les ofrece cirugía ni medicamentos antes de la pubertad.

Para ser claros, la realidad de la situación es que ninguna de estas instituciones de Carolina del Norte ofrecen cirugías ni terapias hormonales a niños prepúberes, y en ninguna parte del país es habitual esta práctica.

Tanto los programas como los médicos tienen diferentes políticas, pero las orientaciones ampliamente referenciadas de la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH, por sus siglas en inglés) y la Sociedad de Endocrinología proponen tratamientos recomendados en función de la edad. 

Los medicamentos que suprimen la pubertad son el primer tratamiento médico que puede ofrecerse a un menor transgénero, dicen las directrices. A los niños se les pueden ofrecer medicinas para suprimir la pubertad a partir del momento en que aparecen los botones mamarios o los testículos alcanzan cierto volumen, lo que suele ocurrir entre los 8 y los 13 años o entre los 9 y los 14 años, respectivamente.

Por lo general, se puede iniciar la terapia hormonal de afirmación de género al principio de la adolescencia o más adelante, explica la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés). La Sociedad de Endocrinología afirma que los adolescentes suelen tener la capacidad mental para participar en la toma de una decisión informada sobre la terapia hormonal de afirmación de género a los 16 años.

Las adolescentes mayores que deseen tener un pecho plano a veces pueden someterse a una cirugía para extirparse los pechos, también conocida como cirugía superior, explica Olezeski. A veces desean hacerlo antes de ir a la universidad. Las directrices no ofrecen una edad específica durante la adolescencia en la que este tipo de cirugía pueda ser apropiada. En su lugar, explican cómo un equipo de atención puede evaluar a las adolescentes de forma individualizada.

Una versión anterior de las directrices de WPATH no recomendaba la cirugía genital hasta la edad adulta, pero la versión más reciente, publicada en septiembre de 2022, es menos específica sobre el límite de edad. En su lugar, explica varios criterios para determinar si se debe ofrecer la cirugía a alguien que la desea, incluido el nivel de madurez emocional y cognitiva de la persona, y si ha estado en terapia hormonal durante al menos un año.

La Sociedad de Endocrinología también ofrece criterios sobre cuándo una persona puede estar preparada para la cirugía genital, pero especifica que las cirugías que conllevan la extirpación de testículos, ovarios o útero no deben realizarse antes de los 18 años.

“Normalmente, cualquier tipo de cirugía de afirmación genital sigue efectuándose a los 18 años o más adelante”, dijo Olezeski.

No hay estadísticas exhaustivas sobre el número de cirugías de afirmación de género realizadas en Estados Unidos, pero según un análisis de reclamos de seguros de Reuters y Komodo Health Inc, 776 menores con un diagnóstico de disforia de género se sometieron a cirugías de extirpación de senos y 56 a cirugías genitales entre 2019 y 2021.

Estudios prueban los beneficios de afirmar la identidad de género

Los niños pequeños no reciben tratamiento médico de transición, pero tienen sentimientos acerca de su género y pueden beneficiarse del apoyo de quienes les rodean. “Los niños empiezan a tener un sentido de su identidad de género entre los 2 años y medio y los 3 años”, afirmó Olezeski.

Los programas varían en cuanto a los grupos de edad a los que atienden, dijo, pero algunos apoyan a las familias de niños en edad preescolar respondiendo a preguntas o proporcionando servicios de salud mental.

Los niños transgénero corren más riesgo de padecer algunos problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. Según las directrices del WPATH, afirmar el género de un niño mediante cambios cotidianos, también conocidos como transición social, puede tener un impacto positivo en su salud mental. La transición social “puede ser diferente para cada persona”, dijo Olezeski. Los cambios pueden consistir en usar otro nombre o pronombre, o un cambio en la vestimenta o en la forma de llevar el pelo.

Foto por Irina Schmidt / stock.adobe.com

Dos estudios sobre niños que han hecho una transición social, incluido uno con niños de tan solo 3 años, han encontrado diferencias mínimas o nulas en cuanto a ansiedad y depresión en comparación con hermanos no transexuales u otros niños de edades similares.

“Las investigaciones confirman que los niños prepúberes que afirman una identidad [transgénero y de género diverso] conocen su género con la misma claridad y coherencia que sus compañeros con un desarrollo equivalente que se identifican como cisgénero, y se benefician del mismo nivel de aceptación social”, dicen las directrices de la AAP, añadiendo que las diferencias en la forma en que los niños identifican y expresan su género son normales.

Las transiciones sociales se producen en gran medida fuera de las instituciones médicas, impulsadas por el niño y apoyadas por sus familiares y otras personas de su entorno. Sin embargo, una familia que tenga dudas sobre el género de su hijo o sobre su transición social podría obtener información de su pediatra u otro profesional médico, explica Olezeski.

Aunque no están disponibles en todas partes, los programas especializados pueden estar especialmente preparados para ofrecer atención a un niño con diversidad de género y a su familia, dijo. Un niño puede ser remitido a uno de estos programas por un pediatra, otro médico especialista, un profesional de la salud mental o su escuela, o bien los padres pueden acudir a uno de estos programas.

“Hemos creado un espacio donde los padres pueden venir con sus hijos cuando son pequeños para hacer preguntas sobre la mejor manera de apoyar a sus hijos: qué hacer si tienen preguntas, cómo obtener apoyo, qué sabemos sobre las investigaciones más avanzadas en términos de cómo dar a los niños espacio para explorar su identidad, para explorar cómo les gusta expresarse, y luego si se identifican como trans o no binarios, cómo apoyar a los padres y a los jóvenes en eso”, dijo Olezeski sobre los programas especializados. Los padres se benefician del apoyo, y luego los niños también se benefician del apoyo de sus padres.

WPATH afirma que debe ser el niño quien inicie una transición social, expresando un “fuerte deseo o necesidad” de ello tras articular constantemente una identidad que no coincide con su sexo asignado al nacer. A continuación, un profesional de la salud puede ayudar a la familia a explorar las ventajas y los riesgos. Según las directrices, el simple hecho de que un niño juegue con ciertos juguetes, se vista de cierta manera o disfrute de ciertas actividades no es señal de que vaya a beneficiarse de una transición social.

En el pasado, las afirmaciones que los niños hacían sobre su sexo se consideraban “posiblemente verdaderas” y a menudo se postergaba el apoyo hasta una edad en la que se creía que la identidad quedaba fijada, explican las directrices de la AAP. Pero “investigaciones más sólidas y actuales sugieren que, en lugar de centrarse en lo que un niño llegará a ser, valorarlo por lo que es, incluso a una edad temprana, fomenta un vínculo seguro y resiliencia, no solo en el niño, sino también en toda la familia”, dicen las directrices.

Beneficios de los servicios de salud mental

Un niño con diversidad de género o sus familiares pueden beneficiarse de una consulta con un psicólogo u otro profesional de la salud mental. Sin embargo, ser transgénero o de género diverso no es en sí mismo un trastorno de salud mental, según la Asociación Americana de Psicología, WPATH y otros grupos de expertos. Estas organizaciones también señalan que no todas las personas transgénero o con diversidad de género experimentan problemas de salud mental o angustia por su género. 

La terapia psicológica no tiene por objeto cambiar la identidad de género de un niño, según las directrices de WPATH. 

La forma de terapia que reciba un niño o una familia dependerá de sus necesidades particulares, explica Olezeski. Por ejemplo, un niño pequeño podría recibir terapia basada en el juego, ya que el juego es la forma en que los niños “resuelven diferentes cuestiones de su vida”, explica. La familia podría trabajar en estrategias para apoyar mejor a su hijo.

Un diagnóstico de salud mental que pueden recibir algunas personas con diversidad de género es el de disforia de género. Hay un desacuerdo sobre la utilidad de este diagnóstico, y recibirlo no significa necesariamente que alguien decida someterse a una transición, ya sea social o médica.

UNC Health nos dijo en un correo electrónico que “rara vez se usa” un diagnóstico de disforia de género en niños.

Muy pocos niños con expansión de género tienen disforia, dijo el portavoz. “La expansión de género en la infancia no es Disforia de Género”, añadió UNC, atribuyendo la explicación al personal psiquiátrico (el énfasis es de UNC). “El objetivo del equipo psiquiátrico es proporcionar una buena atención de salud mental y gestionar su seguridad, lo que significa tratar de protegerlos contra el abuso y el acoso y apoyar a las familias”.

En las redes sociales se afirma erróneamente que a los niños pequeños se les diagnostica disforia de género en función de los juguetes con los que juegan. Una publicación dice: “¡¡Tres escuelas de medicina de Carolina del Norte están diagnosticando DISFORIA DE GÉNERO en NIÑOS PEQUEÑOS que juegan con juguetes estereotipados del género opuesto y están empezando a hacerles la transición!!”.

Existen criterios distintos para diagnosticar la disforia de género en adultos y adolescentes que en niños, según el Manual Estadístico de Diagnósticos de Trastornos Mentales . Para que los niños reciban este diagnóstico, deben cumplir seis de los ocho criterios durante un periodo de seis meses y experimentar “angustia clínicamente significativa” o un deterioro de su rendimiento, según el manual de diagnóstico. 

Una “preferencia especial por los juguetes, juegos o actividades estereotípicamente utilizados o practicados por el otro género” es uno de los criterios, pero los niños también deben cumplir otros requisitos, y es necesario que expresen un fuerte deseo de ser de otro género o que insistan en que son de otro género.

“Que a la gente le guste jugar con cosas distintas o que le guste llevar un vestuario diverso no significa que alguien tenga disforia de género”, dijo Olezeski. “Eso solo significa que los niños tienen una gran variedad de cosas con las que pueden jugar y formas en las que pueden actuar y cosas que pueden ponerse”.


Traducido por Elena de la Cruz.

Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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Los beneficios de la vacuna contra el COVID-19 superan los riesgos, contrariamente a afirmaciones erróneas de un cardiólogo británico https://www.factcheck.org/es/2023/05/scicheck-los-beneficios-de-la-vacuna-contra-el-covid-19-superan-los-riesgos-contrariamente-a-afirmaciones-erroneas-de-un-cardiologo-britanico/ Fri, 12 May 2023 19:32:04 +0000 https://www.factcheck.org/?p=234578 Docenas de estudios respaldan el uso de vacunas de ARNm contra el COVID-19, que tienen un buen perfil de seguridad y funcionan bien para prevenir enfermedades graves y la muerte. Sin embargo, citando un estudio defectuoso, un cardiólogo británico conocido por difundir información errónea ha argumentado engañosamente que la vacuna es dañina y que “nunca debiese haber sido aprobada”. 

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Compendio SciCheck

Docenas de estudios respaldan el uso de vacunas de ARNm contra el COVID-19, que tienen un buen perfil de seguridad y funcionan bien para prevenir enfermedades graves y la muerte. Sin embargo, citando un estudio defectuoso, un cardiólogo británico conocido por difundir información errónea ha argumentado engañosamente que la vacuna es dañina y que “nunca debiese haber sido aprobada”. 


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Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer/BioNTech y Moderna han mostrado ser seguras y efectivas, tanto en ensayos clínicos como en varios estudios realizados desde que comenzaron a distribuirse. Los sistemas de monitoreo de seguridad de las vacunas han funcionado de forma esperada para identificar efectos secundarios graves muy infrecuentes, pero la evidencia muestra que los beneficios de la vacunación continúan superando cualquier riesgo potencial. 

El COVID-19, la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, le ha quitado la vida a más de 1 millón de personas en Estados Unidos, y más de 6 millones han sido hospitalizadas con la enfermedad desde el comienzo de la pandemia, según estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Un porcentaje de personas sufren de síntomas persistentes o nuevos tras la infección, los cuales pueden durar por meses o años y ser debilitantes. 

Pero en un episodio del podcast “The Joe Rogan Experience” emitido el 29 de abril, Aseem Malhotra, un cardiólogo británico conocido por difundir información errónea sobre las vacunas, afirmó engañosamente que los datos de los ensayos clínicos originales de las vacunas de ARNm contra el COVID-19 mostraron que las vacunas son más perjudiciales que la enfermedad. Sus afirmaciones están basadas en un reanálisis defectuoso de los datos del ensayo publicados en la revista Vaccine el otoño pasado. 

“En toda mi carrera, mirando todos los medicamentos y conociendo muchos medicamentos diferentes que se prescriben, nunca he visto algo que tenga una efectividad tan pobre y daños sin precedentes cuando miras a los datos”, dijo Malhotra, en una sección de la entrevista de tres horas que se viralizó en las redes sociales.

Malhotra citó el estudio de Vaccine para afirmar que los datos de los ensayos mostraron que “había más posibilidades de sufrir efectos secundarios graves por tomar la vacuna — hospitalización, discapacidad, eventos que cambian la vida— que de resultar hospitalizado con COVID. Lo que eso significa es que, es muy probable que esta vacuna, la vacuna de ARNm, nunca debiese haber sido aprobada para ningún ser humano, en primer lugar”.

Pero los expertos han criticado ampliamente el artículo de Vaccine, y una gran cantidad de otros datos lo contradicen. Expertos y verificadores de datos, incluido FactCheck.org, han dicho que tiene numerosos problemas. 

Uno de los autores del artículo, Joseph Fraiman, un médico de medicina de emergencia en Luisiana, fue parte de un panel de expertos contrarios reunidos por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en diciembre para sugerir falsamente que las vacunas son demasiado riesgosas. Como hemos escrito, el artículo fue citado en un informe que afirma falsamente que las vacunas contra el COVID-19 causaron un exceso de 310.000 fallecimientos en 2021 y 2022. 

En septiembre, Malhotra citó el mismo artículo en una publicación de dos partes que publicó en una revista sobre diabetes que él mismo edita, en el cual llamó a una pausa mundial de las vacunas de ARNm contra el COVID-19. 

Las ideas de Malhotra sobre nutrición, que incluyen la promoción de dietas altas en grasa y el descarte de la importancia de mantener un consumo bajo de grasas saturadas, han sido etiquetadas como engañosas e irresponsables. La Fundación del Corazón Británica también ha criticado sus afirmaciones sobre el colesterol y las estatinas, medicamentos que reducen los niveles de colesterol. 

Reanálisis defectuoso

El estudio en el cual Malhotra basó sus afirmaciones es un reanálisis de los eventos adversos graves informados en el ensayo clínico principal de las vacunas de Pfizer/BioNTech de Moderna COVID-19. Los eventos adversos son problemas de salud que ocurren después de la vacunación, pero que no son causados necesariamente por la vacunación. Los autores del estudio afirmaron haber encontrado que las personas que recibieron la vacuna tenían un mayor riesgo de lo que llamaron eventos adversos graves de especial interés que aquellos que no la recibieron. 

Foto por wavebreak3/stock.adobe.com.

Pero como hemos explicado antes, uno de los problemas del análisis es que si bien los autores se centraron en los eventos adversos de especial interés, el ensayo informó sobre todos los eventos adversos graves. Es decir, los autores eligieron los eventos que ellos pensaron que correspondían a los de especial interés, lo cual podría haber resultado en una selección sesgada, según los críticos. 

Un segundo problema es que los autores compararon el número de personas hospitalizadas con COVID-19 con el número de eventos adversos de especial interés, en vez de compararlos con el número de personas que sufrieron esos eventos. Eso es problemático porque cada persona puede haber informado más de un síntoma o condición, lo cual crea una falsa comparación. 

Además, una hospitalización puede ser más grave que algunos de los eventos adversos, como erupciones o diarrea, como explicó Susan Oliver, una científica australiana que corrige desinformación en YouTube.

Fraiman argumentó en contra de estas y otras críticas. Pero Jeffrey Morris, director de la división de bioestadística de la Universidad de Pensilvania, nos dijo en diciembre que la respuesta de los autores a los problemas detectados no eran “suficientes o convincentes”. 

El estudio además subestima los beneficios de la vacunación, nos dijo Morris, porque mientras la protección otorgada dura un largo tiempo, los datos solo reflejan la duración de los ensayos. 

Al ignorar el resto de la vasta literatura sobre las vacunas contra el COVID-19 en favor de un solo análisis, que además es defectuoso, Malhotra exagera en los riesgos de la vacunación y entrega un punto de vista engañoso y muy sesgado de los riesgos y beneficios.


Traducido por Catalina Jaramillo.

Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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Publicaciones comparten una cita falsa de Chelsea Clinton sobre una iniciativa mundial de vacunación infantil https://www.factcheck.org/es/2023/05/scicheck-publicaciones-comparten-una-cita-falsa-de-chelsea-clinton-sobre-una-iniciativa-mundial-de-vacunacion-infantil/ Thu, 11 May 2023 21:05:13 +0000 https://www.factcheck.org/?p=234492 doctor vaccinates baby in woman's armsUna iniciativa internacional llamada “La gran puesta al día” busca aumentar la vacunación entre niños que no recibieron las vacunas de rutina durante la pandemia del COVID-19. Al describir el proyecto, Chelsea Clinton no dijo que era hora de “vacunar a la fuerza a cada niño no vacunado en EE. UU.”, ni el proyecto impondrá vacunas obligatorias, contrariamente a lo que se afirma. 

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Compendio SciCheck 

Una iniciativa internacional llamada “La gran puesta al día” busca aumentar la vacunación entre niños que no recibieron las vacunas de rutina durante la pandemia del COVID-19. Al describir el proyecto, Chelsea Clinton no dijo que era hora de “vacunar a la fuerza a cada niño no vacunado en EE. UU.”, ni el proyecto impondrá vacunas obligatorias, contrariamente a lo que se afirma. 


Historia completa

El 24 de abril, varias organizaciones, incluida la Organización Mundial de la Salud y la Fundación Bill y Melinda Gates, anunciaron un proyecto conjunto llamado “La gran puesta al día” para aumentar el número de niños que cuentan con las vacunas de rutina recomendadas. La iniciativa se centra particularmente en 20 países en donde viven la mayoría de los niños que no recibieron alguna vacuna de rutina durante la pandemia del COVID-19. Estas naciones se encuentran principalmente en Asia y África, y no incluyen a EE. UU. 

Chelsea Clinton, vicepresidenta de la Fundación Clinton, se refirió brevemente a “La gran puesta al día” el 25 de abril en la conferencia Brainstorm Health de la revista Fortune, donde enfatizó la importancia de asegurarse de que las personas no mueran de enfermedades infecciosas prevenibles en EE. UU. o en el extranjero. 

Muchas publicaciones han compartido en las redes sociales un artículo que utiliza una cita inventada en su titular: “Chelsea Clinton: ‘Es hora de vacunar a la fuerza a cada niño no vacunado en EE. UU.’”. Un vocero para Clinton dijo a la agencia Associated Press que Clinton no dijo eso. Nosotros tampoco pudimos encontrar registro de que Clinton hubiese dicho eso. 

El artículo fue publicado en People’s Voice, el nuevo sitio para el contenido de News Punch, un sitio web con un historial de difusión de falsedades y cambios de nombres

El artículo no especifica cuándo supuestamente Clinton hizo comentarios sobre “vacunar a la fuerza” a los niños, pero se refiere a la iniciativa al decir: “Chelsea – a través de la Iniciativa de Acceso a la Salud Clinton (CHAI) – junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y la Fundación Bill y Melinda Gates, dijo que espera vacunar a la fuerza a niños no vacunados a través de una iniciativa llamada ‘La gran puesta al día’”. 

Sin embargo, “La gran puesta al día” no involucra vacunaciones forzadas, nos dijo el vocero de la OMS, Daniel Epstein, en un correo electrónico. “No hay vacunas obligatorias asociadas con este esfuerzo. Algunos países exigen vacunas para que los niños puedan matricularse en la escuela”, dijo. 

Foto por Creativa Images / stock.adobe.com

El comunicado de prensa anunciando el proyecto dijo que la falta de vacunación durante la pandemia ha provocado brotes de sarampión, difteria, poliomielitis y fiebre amarilla. Según el comunicado, muchos niños no pudieron recibir sus vacunas por causa de la sobrecarga de los servicios de salud, el cierre de clínicas, interrupciones en suministros médicos, y por la restricción de viajes y acceso a servicios. 

“Para garantizar el progreso en la inmunización infantil, los asociados están trabajando con los países para reforzar el personal de salud, mejorar la prestación de servicios de salud, fomentar la confianza y la demanda de vacunas en las comunidades, y abordar las lagunas y los obstáculos para restablecer la inmunización”, dice el comunicado. Y agregó que se necesita intensificar los esfuerzos para incentivar la vacunación contra el virus del papiloma humano entre los adolescentes.  

Y si bien “La gran puesta al día” es un esfuerzo mundial, “se centrará especialmente en los 20 países en los que viven tres cuartas partes de los niños que no recibieron vacunas en 2021”, dice el comunicado de prensa. EE. UU. no está en la lista. 

Clinton mencionó la necesidad de que los padres en EE. UU. vacunen a sus niños en un apartado durante sus comentarios sobre La gran puesta al día en la conferencia Brainstorm Health. Pero no dijo nada sobre obligar a los padres a vacunar a sus niños. 

Clinton, 25 de abril: Un nuevo esfuerzo del que formamos parte es la nueva iniciativa lanzada por la Organización Mundial de la Salud la semana pasada para tratar de poner al día a los niños con sus vacunas de rutina. Solo en 2021, más de 25 millones de niños menores de 1 año no recibieron al menos una vacuna de rutina. Por eso, estamos trabajando con la OMS, la Fundación Gates y otros para, con suerte, tener el mayor esfuerzo de inmunización infantil de la historia durante los próximos 18 meses para poner al día a la mayor cantidad de niños posible. Porque nadie debería morirse de polio, de sarampión o de neumonía, incluso en este país, donde también necesitamos que la gente esté vacunando a sus hijos.

En otra parte de la misma entrevista que no se centraba en “La gran puesta al día”, Clinton habló sobre la desconfianza que existe con las vacunas. Pero ahí tampoco dijo nada sobre forzar a los niños a vacunarse. 

“Paso mucho tiempo pensando sobre el realmente desafortunado, para tratar de usar una palabra que no sea demasiado crítica, aumento en no solo la desconfianza y el cuestionamiento sobre las vacunas, pero también en el rechazo abierto a las vacunas y a la ciencia, y al proceso científico, y también con demasiada frecuencia a nuestros científicos, nuestros epidemiólogos, nuestros trabajadores de atención médica de primera línea”, dijo.


Traducido por Catalina Jaramillo.

Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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Preguntas y respuestas sobre el fin de la emergencia de salud pública por el COVID-19 https://www.factcheck.org/es/2023/05/scicheck-preguntas-y-respuestas-sobre-el-fin-de-la-emergencia-de-salud-publica-por-el-covid-19/ Wed, 10 May 2023 18:04:34 +0000 https://www.factcheck.org/?p=234286 people wait in line for COVID-19 testingEl 11 de mayo marcará el final de la declaración federal de emergencia de salud pública del COVID-19, lo que traerá consigo cambios en la atención médica y en los beneficios para el público.

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El 11 de mayo marcará el final de la declaración federal de emergencia de salud pública por el COVID-19, lo que traerá consigo cambios en la atención médica y en los beneficios para el público. 

“Muchas personas en EE. UU. no sentirán ninguna diferencia inmediata cuando la emergencia de salud pública llegue a su fin”, nos dijo Anne Sosin, becaria de política que estudia equidad en salud rural en el Centro Nelson A. Rockefeller en Dartmouth. “Las diferencias comenzarán a notarse con el tiempo y se sentirán de modo diferente según la persona”. 

Estas diferencias incluyen cambios en el costo de las pruebas de detección y los tratamientos contra el COVID-19 y, potencialmente, el fin del acceso a vacunas gratuitas contra el COVID-19 para las personas que no tienen seguro médico. También habrá cambios en los beneficios de nutrición. 

El mayor cambio originalmente ligado a la designación de emergencia ya entró en vigencia. La emergencia de salud pública permitió a los estados mantener a millones de personas en Medicaid, independientemente de su elegibilidad, a cambio de asistencia federal adicional.  Pero este requisito de cobertura continua se acabó el 31 de marzo, nos dijo Jennifer Kates, vicepresidenta sénior y directora de salud global y políticas de VIH de la KFF. 

“La emergencia de salud pública se termina para todos”, pero afecta a algunas personas en particular, nos dijo Sara Bleich, profesora de políticas de salud pública en la Facultad de Salud Pública T. H. Chan de Harvard. 

Esta emergencia de salud pública es solo una de las cinco declaraciones de emergencia federales relacionadas con la pandemia, dos de las cuales continuarán después del 11 de mayo. El 5 de mayo, la Organización Mundial de la Salud también puso fin a la emergencia de salud pública de importancia internacional. 

Los impactos del COVID-19 continuarán después del 11 de mayo, por supuesto. 

“No significa que el COVID se acabó,” dijo Kates. “Solo significa que realmente hemos entrado en otra fase de convivir con el COVID en el país”.

¿Por qué la emergencia de salud pública termina ahora?

El gobierno federal de EE. UU. tiene la autoridad para declarar varios tipos de emergencias, que le dan flexibilidad para desviarse de los procedimientos estándar a fin de proteger mejor al público. 

La emergencia de salud pública comenzó en enero de 2020 y luego fue renovada cada 90 días por el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés). El 30 de enero, el gobierno de Biden anunció que dejaría que la declaración de emergencia expirará el 11 de mayo, siguiendo la presión impuesta para terminar la emergencia con la ley del final de la pandemia (Pandemic is Over Act, en inglés) introducida en enero.

“El final de la emergencia de salud pública es tanto una decisión política como de salud pública”, dijo Sosin, coautor de un artículo de opinión sobre el tema en la revista BMJ. “Claramente, EE. UU. está en un lugar distinto al cual estaba en la primavera de 2020. (…) Dicho eso, el COVID se ha establecido como una de las principales causas de muerte, incluso a niveles mucho más bajos que en el pasado”.

El fin de la emergencia de salud pública no es final definitivo de políticas relacionadas con la pandemia. Algunas, tales como la prohibición de desalojo o el crédito tributario por hijos, terminaron hace un buen tiempo atrás. Otras, incluyendo algunos cambios a la cobertura de telesalud y el acceso ampliado a vacunas gratuitas, son más permanentes. 

Otras cuatro declaraciones de emergencia también se realizaron a principios de 2020:

  • Una declaración bajo la Ley Stafford, la cual le permitió a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) proporcionar fondos para proyectos de emergencia y necesidades individuales, tal como los pagos complementarios por pérdida de salarios, también terminará el 11 de mayo (La asistencia funeraria de FEMA continuará hasta 2025).
  • La emergencia nacional del COVID-19, que comenzó en marzo de 2020 y es distinta a la emergencia de salud pública, ya terminó el 10 de abril, pero pocos beneficios ligados a ella permanecían activos, según dijo Kates. 
  • Una declaración que permite a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) otorgar y mantener autorizaciones de uso de emergencia para medidas para combatir el COVID-19 no tiene fecha de término establecida. Esto significa que los tratamientos y vacunas autorizadas, como el Paxlovid y las vacunas bivalentes de Moderna y de Pfizer/BioNTech, pueden seguir siendo utilizadas. 
  • Una declaración bajo la Ley PREP (preparación pública y preparación para emergencias) que confiere inmunidad de responsabilidad a varios proveedores de atención médica, y a fabricantes y distribuidores de vacunas, pruebas y tratamientos, será modificada y extendida hasta diciembre de 2024. 

¿Cómo afectará esto a las pruebas de detección del COVID-19?

Los costos de las pruebas de detección del COVID-19 para las personas subirá, lo que la KFF identificó como el “impacto de mayor alcance” producido directamente por el fin de la emergencia de salud pública. 

Foto por Halfpoint/stock.adobe.com

Las personas en Medicaid aún podrán obtener pruebas gratuitas de detección para hacerse en la casa u ordenadas por un proveedor de atención médica hasta septiembre de 2024, antes de enfrentar posibles costos. Sin embargo, el requisito de que los proveedores de seguros cubran ocho pruebas caseras por mes se acabará para la mayoría de las personas el 11 de mayo. Los aseguradores privados y los planes de Medicare Advantage podrán decidir si seguir ofreciendo esta cobertura, mientras que el Medicare original ya no ofrecerá pruebas gratuitas 

Las pruebas ordenadas por proveedores de atención médica también serán más caras para las personas. A partir del 11 de mayo, los aseguradores privados y los planes de Medicare Advantage podrán cobrar a los pacientes por estas pruebas y las visitas relacionadas, siguiendo las reglas normales de su plan de atención médica. Las personas en el Medicare original aún podrán recibir pruebas ordenadas por sus proveedores gratuitamente, pero es posible que tengan que pagar por las visitas asociadas con las pruebas. 

Los programas en los dieciocho estados que optaron por brindar pruebas gratuitas para el COVID-19 a las personas sin seguro médico a través de Medicaid también llegan a su fin. 

Otros programas gubernamentales que ofrecen pruebas gratuitas continuarán, si reciben fondos y suministros, incluyendo un programa de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para personas sin seguro y otras personas en condiciones desfavorables. HHS también dice que el gobierno “puede continuar” con su popular programa de pruebas gratuitas por correo, dependiendo de la disponibilidad. 

Actualización, 11 de mayo: HHS dijo que el programa de pruebas caseras por correo continuará hasta fines de mayo.

¿Qué efecto tendrá en las vacunas y los tratamientos contra el COVID-19?

El fin de la emergencia de salud pública no cambiará inmediatamente la disponibilidad o el costo de las vacunas contra el COVID-19 o los tratamientos antivirales orales. Esto se debe a que la emergencia de salud pública constituye solo una de las múltiples leyes y políticas que hacen que las vacunas y algunos tratamientos sean gratuitos. 

Actualmente, las vacunas contra el COVID-19 y los medicamentos antivirales orales, como el Paxlovid, provienen de los suministros del gobierno federal. Estas dosis deben ser ofrecidas sin costo, independientemente de que haya una emergencia de salud pública. 

Sin embargo, se espera que el suministro de vacunas del gobierno solo dure hasta el verano o comienzos del otoño, dijo Kates, dependiendo de la demanda. También es posible que haya una nueva versión de la vacuna contra el COVID-19, comentó, y estas se proporcionarán comercialmente en lugar de a través de compras del gobierno.   

Incluso después de que las dosis de vacunas del gobierno se agoten, la mayoría de las personas con seguro aún tendrán acceso a las vacunas recomendadas contra el COVID-19 de forma gratuita. Algunas leyes que exigen vacunas gratuitas para los beneficiarios de Medicaid y Medicare se promulgaron durante la pandemia, mientras que los requisitos para la cobertura gratuita de cualquier vacuna recomendada por proveedores dentro de la red ya estaban vigentes para las personas con seguro privado. 

“Realmente, son las personas no aseguradas quienes se verán más perjudicadas porque no hay garantías permanentes,” dijo Kates.

Para llenar este vacío, el gobierno de Biden ha propuesto un programa de Vacunas para Adultos, similar al programa de Vacunas para Niños, el cual brinda vacunas gratuitas para niños cuyas familias no podrían financiarlas de otro modo. Sin embargo, el Congreso no ha estado dispuesto a promulgar este programa. 

El 18 de abril, el gobierno anunció el programa de acceso puente (Bridge Access Program), el cual temporalmente proporcionará vacunas y tratamientos para las personas sin seguro. Esto depende en parte de la compra de vacunas y tratamientos por parte del gobierno, pero también de la disponibilidad de las compañías farmacéuticas a entregarlas en forma gratuita. “No es permanente y no está claro hasta dónde llegará”, dijo Kates. 

El suministro federal de Paxlovid se agotará a comienzos del otoño, dijo Kates, y algunas personas con seguro privado o Medicare tendrán que pagar parte del costo, tal como sucede con otros medicamentos. Al igual que con las pruebas de detección del COVID-19, las personas en Medicaid seguirán teniendo acceso gratuito a medicamentos contra el COVID-19 hasta septiembre de 2024. 

¿Tiene esto algún impacto en los mandatos de vacunación?

El gobierno de Biden anunció que levantará la mayoría de los mandatos federales de vacunación. Estos mandatos están terminando casi al mismo tiempo que la emergencia de salud pública, pero terminaron por una acción separada. 

Los requisitos de vacunación para ciertas personas sin ciudadanía que llegan a EE. UU. por aire o tierra terminarán el 11 de mayo. Los mandatos para trabajadores de atención médica en instalaciones que tratan a pacientes con Medicare o Medicaid, también terminarán pronto, y se sabrán más detalles más adelante. El gobierno también anunció el fin de los requisitos de vacunación para el personal de Head Start y los trabajadores federales, aunque estos mandatos ya habían sido bloqueados por los tribunales. 

Muchas universidades, ciudades y condados también están poniendo fin a sus mandatos de vacunación o los han terminado recientemente para estudiantes y trabajadores. 

¿Qué efecto tendrá en la inscripción de Medicaid?

El Congreso aprobó la Ley Familias Primero en Respuesta al Coronavirus en marzo de 2020, que proporciona fondos adicionales para los estados durante la emergencia de salud pública para mantener a las personas inscritas continuamente en Medicaid, independientemente de su elegibilidad. En diciembre pasado, el Congreso aprobó la ley de asignaciones para el año fiscal 2023, la cual permitió a los estados a comenzar a retirar de Medicaid a las personas que ya no son elegibles, o que no cumplen con los requisitos de renovación, a partir del 1 de abril. 

KFF estimó recientemente que entre 8 y 24 millones de personas podrían perder su cobertura de Medicaid. KFF asumió que 87,5 millones de personas estaban inscritas en Medicaid en marzo de 2023, y los datos federales muestran que en enero había cerca de 86 millones de inscritos. 

“La cobertura de seguro en EE. UU. alcanzó un máximo durante la pandemia, y a medida que la expansión de Medicaid llegue a su fin, veremos un gran aumento en las personas insuficientemente aseguradas en EE. UU.,” dijo Sosin.

Algunas personas perderán cobertura porque están ganando más dinero y ya no son elegibles, explicó Kates. Otros pueden dejar de ser elegibles temporalmente, perder Medicaid, y luego volver a ser elegibles y reinscribirse (un proceso llamado churn, en inglés), que desapareció con la inscripción continua. Finalmente, algunas personas que son elegibles para Medicaid pueden ser eliminadas por error y otras no son capaces de demostrar su elegibilidad. 

Algunas de estas personas pueden ser elegibles para otros programas, como el Programa de Seguro Médico para Niños o planes subsidiados a través del mercado establecido por la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio. Sin embargo, es posible que no sepan que son elegibles o que no puedan obtener cobertura rápidamente a través de estos programas. 

¿Qué otros cambios ocurrirán?

Algunos beneficios de nutrición que se ampliaron durante la pandemia también cambiarán, según escribieron recientemente Bleich, la experta de políticas públicas de Harvard, y sus colegas en JAMA Health Forum. 

Algunos cambios, como el fin de beneficios temporales del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) para ciertos estudiantes universitarios en junio, serán impulsados directamente por el fin de la emergencia de salud pública. (Los beneficios de SNAP también son conocidos como cupones de alimento o food stamps, en inglés). 

Un cambio importante ya ha entrado en vigor. Durante la pandemia, los hogares recipientes del programa de nutrición de SNAP también recibieron beneficios extra, conocidos como asignaciones de emergencia. Pero algunos estados dejaron de proporcionar fondos adicionales a partir de marzo de 2021 y el programa terminó en los 35 estados restantes en marzo de este año. Tras el fin de las asignaciones de emergencia, cada hogar recipiente de SNAP recibió, en promedio, $175 menos al mes. 

Bleich agregó que una menor inscripción a Medicaid también significará que las personas pierdan beneficios de nutrición, ya que las personas suelen estar conectadas a los beneficios de nutrición a través de Medicaid. Y puede que el trabajo necesario para procesar los cambios a Medicaid y SNAP en las oficinas estatales signifique demoras.

Otros cambios afectarán a menos personas, pero tendrán grandes consecuencias para esos individuos. Por ejemplo, durante la emergencia de salud pública, los estados podían pagar cuidadores familiares para algunas personas en Medicaid. Mientras los estados pueden continuar con estos programas, algunos han dicho que los terminarán tras el final de la emergencia de salud pública. 

El Título 42, que el expresidente Donald Trump invocó como una medida de salud pública a comienzos de la pandemia, también terminará el 11 de mayo. El Título 42 le permitía a los oficiales fronterizos expulsar inmediatamente a muchas personas que intentaban entrar a EE. UU. ilegalmente, y se espera que su fin aumente los cruces ilegales, como hemos escrito anteriormente.  

Algunas otras políticas y cambios permitidos durante la emergencia de salud pública permanecerán. Por ejemplo, muchos cambios relacionados con la telesalud para personas en Medicaid y Medicare se han hecho permanentes o han sido extendidos hasta fines de 2024, dijo Kates. Cambios en las normas sobre límites de las dosis de metadona para llevar a casa y el acceso a sustancias controladas a través de telesalud también serán extendidas, con la intención de hacerlas permanentes eventualmente. 

Muchos cambios no serán inmediatamente evidentes para el público, aunque podrían tener un impacto indirecto. Solo por nombrar un par de ejemplos, los hospitales ya no recibirán fondos extra de Medicare por tratar a pacientes hospitalizados con COVID-19 y un número de exenciones están terminando, como reglas relajadas sobre qué tipos de atención pueden brindar diferentes proveedores. 

¿Cómo cambiará la recopilación de datos sobre el COVID-19 con esto?

La recolección de datos sobre el COVID-19, incluidos los recuentos de casos y fallecimientos, ya se han vuelto menos oportunos y confiables. El fin de la emergencia de salud pública podría dificultar esta recolección aún más.

Muchas jurisdicciones ya no tendrán que informar casos de COVID-19 o fallecimientos a los CDC, y HHS ya no podrá exigir que los laboratorios informen los resultados de pruebas de detección del COVID-19, incluidos los resultados negativos. Por supuesto, los datos sobre las pruebas ya se han vuelto menos exhaustivos, una vez que las personas comenzaron a confiar más en las pruebas caseras, dijo Kates. “Los datos de laboratorio no han captado completamente lo que está sucediendo por sí solos de todas formas, pero de todos modos siguen siendo importantes”, agregó. 

En repuesta a estos y otros cambios, el 5 de mayo los CDC describieron su nueva estrategia de datos para el COVID-19. Para guiar la toma de decisiones de personas y comunidades, los CDC ya habían proporcionado niveles de COVID-19 por comunidad, basados en una combinación de datos sobre hospitalizaciones y casos. Ahora los CDC dicen que para entender las tendencias del COVID-19, las personas deben usar los niveles de ingreso a hospitales. 

Sin embargo, tras el final de la emergencia de salud pública, los hospitales entregarán datos semanalmente, en lugar de diariamente. Los CDC dicen que también se apoyarán en los datos de admisiones al departamento de emergencias y resultados de las pruebas de laboratorio que puedan recolectar, como un indicador temprano de los cambios. 

La agencia utilizará datos de certificados de defunción, en lugar de datos de los departamentos de salud para el seguimiento de muertes por COVID-19. Basados en la información del certificado de muerte provisional, los CDC informarán en un nuevo indicador semanal, el porcentaje de todos los fallecimientos asociados con el COVID-19. 

Muchos acuerdos previos entre los CDC y distintas jurisdicciones sobre el informe de datos de vacunación también expirarán. Sin embargo, los CDC han renegociado acuerdos con la mayoría de ellos. 

Otros cambios en la recolección de datos sobre el COVID-19 están en el horizonte. 

Después del 30 de abril de 2024, los hospitales que participan en programas federales ya no estarán obligados a informar datos sobre cosas como las admisiones o fallecimientos por COVID-19. Los datos proporcionados por los hospitales ha sido un indicador crítico de la gravedad de la pandemia y de la presión en los sistemas de atención médica, dijo Kates. 


Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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El calentamiento global por sobre 1,5 °C es peligroso, pero no es un punto sin retorno, como afirma Biden  https://www.factcheck.org/es/2023/05/scicheck-el-calentamiento-global-por-sobre-15-c-es-peligroso-pero-no-es-un-punto-sin-retorno-como-afirma-biden/ Tue, 02 May 2023 15:47:34 +0000 https://www.factcheck.org/?p=233857 Es cada vez más posible que el planeta alcance 1,5 grados Celsius, o 2,7 grados Fahrenheit, de calentamiento, probablemente en las próximas dos décadas. Pero si bien un aumento de temperatura a ese nivel trae una serie de efectos peligrosos, los científicos dicen que no es un punto sin retorno, y no significa que “estamos acabados”, como el presidente Joe Biden ha afirmado.

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Es cada vez más posible que el planeta alcance 1,5 grados Celsius, o 2,7 grados Fahrenheit, de calentamiento, probablemente en las próximas dos décadas. Pero si bien un aumento de temperatura a ese nivel trae una serie de efectos peligrosos, los científicos dicen que no es un punto sin retorno, y no significa que “estamos acabados”, como el presidente Joe Biden ha afirmado. 

El dióxido de carbono y otros gases que atrapan calor, conocidos como gases de efecto invernadero, emitidos por actividad humana, han “inequívocamente causado el calentamiento global”, de acuerdo al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés). Las temperaturas promedio globales ya han aumentado en 1,1 °C, o 2 °F, desde 1850-1900, según el último informe del IPCC publicado en marzo. E incluso en un escenario de muy bajas emisiones de gases de efecto invernadero “es más probable que no que el calentamiento global” alcance 1,5 °C entre ahora y el 2040, según dice el informe. 

Cada aumento en el calentamiento global intensifica los impactos adversos del cambio climático. Pero los científicos concuerdan en que acciones climáticas efectivas pueden limitar y reducir pérdidas y daños. El calentamiento también “podría reducirse gradualmente otra vez al lograr y mantener emisiones globales negativas netas de CO₂”, según el informe del IPCC. 

Pero al instar a la gente a apoyar sus políticas climáticas, Biden ha sido excesivamente pesimista. Por ejemplo, en una a entrevista con “The Daily Show” que se emitió el 13 de marzo, Biden dijo que cruzar el umbral de 1,5 °C significaría que “toda una generación está condenada. Quiero decir, eso no es una hipérbole”. 

Ese mismo día, en declaraciones en una recepción del Comité Nacional Demócrata, el presidente dijo que si el calentamiento global supera los 1,5 °C “estamos acabados; no hay forma de dar la vuelta, según lo que nos cuentan los científicos”.

La Casa Blanca no explicó a qué se refería con que toda una generación estaría “condenada” después de un calentamiento de 1,5 °C, ni tampoco nos dio alguna indicación de qué estudios sugieren que “estamos acabados”. 

“Creo que superar los 1,5 °C significa ‘caos’ social y económico, pero ‘acabados’ suena como que nada de lo que hagamos después importa”, nos dijo en un correo electrónico el cientista climático de la Universidad de Stanford, Rob Jackson. “Eso es incorrecto. Cada décima de grado importa, antes y después de 1,5 °C”, escribió. 

El cientista climático Michael Mann dijo que las declaraciones de Biden contribuyen a la narrativa del “doomerismo” climático [término en inglés que representa una ideología fatalista del colapso de la civilización] que, como ha dicho anteriormente, puede ser peligrosa y paralizante, porque implica que ya es muy tarde para reducir las emisiones. 

“Bien dijo ‘lo perdemos todo’ si el calentamiento supera los 1,5 °C”, Mann, profesor y director del Centro de Ciencia, Sustentabilidad y Medios de la Universidad de Pensilvania, dijo en Twitter, refiriéndose a un discurso de Biden en julio. “Es retórica inútil, no apoyada por la ciencia. Es un continuo, no un precipicio. Ya hemos perdido mucho y perdemos más con cada fracción de grado. Si perdemos la rampa de salida de 1,5 °C, intentamos la salida de 1,6 °C en vez de rendirnos”, dijo Mann. 

El presidente también se ha mostrado excesivamente confiado en ocasiones al hablar de los avances de EE. UU. para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C. Mientras la Casa Blanca usualmente se refiere al objetivo de reducción de emisiones en EE. UU. como “dentro del alcance”, Biden a veces dice que el país está “en vías” de alcanzarlo. 

“Con estas medidas, Estados Unidos está en vías de alcanzar un objetivo alineado a los 1,5 grados, al reducir emisiones entre un 50 y un 52% de aquí a 2030”, dijo el 20 de abril, al referirse a la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) y otras medidas. 

Pero varios estudios han concluido que aunque la IRA supondrá un avance significativo para la consecución del objetivo (ya que incluye inversiones en energía limpia y se prevé que reduzca las emisiones en un 40% por debajo de niveles de 2005 de aquí al 2030), no es suficiente, ni siquiera con otras políticas existentes. 

“Según las medidas del Congreso y la normativa vigente, no estamos en vías de alcanzar 50-52% por debajo 2005 en el 2030”, nos dijo en un correo electrónico Jesse Jenkins, quien dirige el Laboratorio de Investigación y Optimización de Sistemas de Energía con Emisiones Cero de Carbono de Princeton. Es posible, dijo Jenkins, que “la brecha se pueda cerrar”, una vez que ciertas regulaciones estén vigentes y otras se propongan, pero es prematuro decirlo en este momento. 

Por qué 1,5 grados Celsius

La idea de limitar el calentamiento a 1,5 °C surgió inicialmente en conversaciones sobre políticas climáticas en 2010. Anteriormente, el objetivo era mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 °C (3,6 °F) por sobre niveles preindustriales para cumplir el objetivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) de evitar una “peligrosa interferencia humana en el sistema climático”. Pero en 2010, expertos reunidos en una conferencia decidieron que era necesario revisar si ese objetivo era “adecuado” y considerar la posibilidad de “reforzar” el objetivo de 1,5 °C. 

El IPCC define calentamiento global como el aumento estimado de la temperatura media global de la superficie, que es la temperatura media del aire cerca de la superficie de la tierra y el océano, promediada en un periodo de 30 años, en relación con niveles preindustriales. 

En los años siguientes, el lenguaje sobre el objetivo cambió, con el reconocimiento de que para regiones especialmente vulnerables, sobrepasar los 1,5 °C podría ser muy arriesgado, y que el objetivo de 2 °C no debería entenderse como una “valla protectora” hasta dónde todo esté a salvo. 

Activistas protestan durante la conferencia del clima COP27 en Egipto el 12 de noviembre de 2022. Foto por Joseph Eid/AFP via Getty Images.

“Aunque la ciencia sobre limitar el calentamiento a 1,5 °C es menos sólida, deben hacerse esfuerzos para empujar la línea de defensa lo más abajo posible”, concluyó un informe en 2015. 

La recomendación fue considerada en el Acuerdo de París, un acuerdo climático hito adoptado por 196 partes en diciembre de 2015. El acuerdo fija un objetivo general de “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales”, pero también dice que los miembros del acuerdo deben “proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales”. 

La CMNUCC le pidió al IPCC, conformado por científicos, preparar un informe sobre los impactos de un aumento de temperatura global de 1,5 °C comparado con uno de 2 °C, y sobre los caminos para lograrlo. El IPCC publicó ese informe en 2018

“Lo que el informe del IPCC de 1,5 °C nos dijo, y lo que los informes más recientes han enfatizado, es que cada medio grado de calentamiento empeora las cosas”, nos dijo en un correo electrónico Natalie M. Mahowald, cientista climática en la Universidad de Cornell y una de las autoras del informe especial del IPCC de 2018. 

El informe concluyó que un número significativo de impactos podría evitarse al fijar un umbral de 1,5 °C comparado con uno de 2 °C: menor cantidad de muertes y enfermedades relacionadas con el calor, hambre y enfermedades infecciosas; menor riesgo de inundaciones, sequías y aumento del nivel del mar; y menos impactos para los ecosistemas y la biodiversidad. 

Pero ni 1,5 °C ni 2 °C son “números mágicos”, como dice Katharine Hayhoe, una científica del clima de The Nature Conservancy. Más emisiones de carbono en la atmosfera provocarán un aumento mayor de la temperatura global, lo cual significará un mayor riesgo. 

“Tratar de poner un número exacto para cuánto cambio en la temperatura global es peligroso y cuánto más carbono podemos poner en la atmósfera antes de llegar a ese nivel, es como tratar de poner un número exacto para cuántos cigarrillos uno se puede fumar antes de desarrollar cáncer al pulmón”, explica en un video de su serie de PBS “Global Weirding”. “Ahora, obviamente sabemos que mientras más fumemos, mayor el riesgo, pero también sabemos que no hay un número mágico”. 

Qué tan cerca estamos y qué pasa si alcanzamos los 1,5 °C

De acuerdo al último informe del IPCC publicado en marzo, el aumento de la temperatura global de la superficie alcanzó 1,1 °C en la década de 2011-2020, con un calentamiento de 1,59 °C sobre la tierra y 0,88 °C sobre el océano. La temperatura global ha aumentado más rápidamente desde 1970 que en cualquier otro periodo de 50 años en los últimos 2.000 años, según dijo el informe. Las emisiones humanas de gases de efecto invernadero en 2019 fueron 12% mayores que en 2010, con la mayor contribución proveniente del uso de combustibles fósiles y procesos industriales, de acuerdo al informe. 

Muchos de los impactos adversos, pérdidas y daños relacionados con el cambio climático ya han ocurrido, según el informe, y cada aumento en la temperatura hará que el riesgo de mayores daños se intensifique. Algunos cambios futuros son “inevitables y/o irreversibles”, según el informe. 

“Las personas ya están sufriendo y muriendo a causa del cambio climático”, nos dijo en un coreo electrónico Kristie L. Ebi, profesora de salud global y medioambiente en la Universidad de Washington y una de las autoras del informe del IPCC sobre un calentamiento de 1,5 °C. “Se prevé que la magnitud y el patrón de los riesgos de salud a 1,5 °C sean mayores a los impactos actuales. Se prevé que cada unidad adicional de calentamiento aumente aún más el nivel de riesgo”. 

El presupuesto estimado de carbono restante, o la cantidad de CO₂ que aún puede ser emitido, para una posibilidad del 50% de limitar el calentamiento a 1,5 °C, es de 380.000 millones de toneladas (GtCO2), según el último informe del Global Carbon Project publicado en noviembre de 2022. Los analistas dicen que al ritmo actual de emisiones globales ese presupuesto duraría unos nueve años. Según el informe, las emisiones globales de carbono en 2022 permanecieron “a niveles récord, sin signos de la disminución que urgentemente se necesita para limitar el calentamiento a 1,5 °C”. El informe previó emisiones totales mundiales de 40.600 millones de toneladas en 2022. 

El exceso, o fracaso en la limitación del calentamiento a 1,5 C de aquí a 2100, “dará lugar a impactos adversos irreversibles en ciertos ecosistemas con baja resiliencia”, según el último informe del IPCC. Algunos de esos impactos (mortalidad masiva de árboles, secado de turberas y deshielo del permafrost) podrían causar un calentamiento adicional, el informe apunta, lo que a su vez dificultaría volver a 1,5 °C. 

Algunos de los impactos del calentamiento global a 1,5 °C, según el informe especial del IPCC son:

  • Se prevé un aumento del nivel del mar en el rango de 0,26 a 0,77 metros en relación con niveles de 1986-2005.
  • De 105.000 especies estudiadas, cerca de un 6% de insectos, 8% de plantas y 4% de los vertebrados perderían más de la mitad de sus hábitats.
  • Entre un 70 y 90% de los arrecifes de coral tropicales desaparecerían.
  • La distribución de muchas especies marinas cambiaría a mayores latitudes, reduciendo recursos marinos. La captura mundial anual de pesca se reduciría en cerca de 1,5 millones de toneladas, según proyecciones de un modelo de pesca mundial. 
  • Se prevé que aumenten los riesgos de salud asociados al clima, tales como enfermedades y mortalidad relacionadas con el calor y enfermedades transmitidas por vectores.

Todavía es posible limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, pero esto requeriría de “reducciones rápidas y profundas, y en la mayoría de los casos, inmediatas, de emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores en esta década”, según el último informe del IPCC. Para alcanzar ese objetivo, las emisiones globales netas de carbono tendrían que reducirse en cerca de un 48% con respecto a niveles de 2019 de aquí al 2030, 65% al 2035, 80% al 2040, y alcanzar cero emisiones netas, cuando las emisiones producidas y las eliminadas se anulan, para 2050. 

Pero en el panorama general, si el calentamiento supera los 1,5 °C, no significa que “estemos acabados”, como dijo Biden. Los científicos dicen que no hay razón para rendirse. 

“Tenemos que recordar que la acción climática no tiene fecha de vencimiento”, dijo a PBS Twila Moon, científica principal adjunta del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve de EE. UU., mientras discutía un estudio que muestra que las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida se están derritiendo más rápido de lo previsto. “Cada décima de grado de calentamiento que evitamos vale la pena y nos beneficiará. Y podemos seguir fortaleciendo nuestras acciones”, dijo.

Traducido por Catalina Jaramillo.


Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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La FDA actualizó su guía de vacunación para simplificarla, pero no ha prohibido las vacunas de Pfizer y Moderna como afirman en redes https://www.factcheck.org/es/2023/04/la-fda-actualizo-su-guia-de-vacunacion-para-simplificarla-pero-no-ha-prohibido-las-vacunas-de-pfizer-y-moderna-como-afirman-en-redes/ Fri, 28 Apr 2023 21:37:20 +0000 https://www.factcheck.org/?p=233704 La U.S. Food and Drug Administration desautorizó el uso de las vacunas monovalentes de Pfizer/BioNTech y de Moderna (eficaces contra una variante del SARS-CoV-2) para que ahora sólo se utilicen las bivalentes (eficaces contra más de una cepa).

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Resumen rápido

  • Se difunden tuits que dicen que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) prohibió las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna contra el COVID-19, pero eso es falso.
  • La FDA desautorizó el uso de las vacunas monovalentes de Pfizer/BioNTech y de Moderna (eficaces contra una variante del SARS-CoV-2) para que ahora sólo se utilicen las bivalentes (eficaces contra más de una cepa).
  • La FDA sigue recomendando las vacunas y el objetivo es simplificar la estrategia de vacunación. 

Historia completa

Algunas publicaciones que circulan en las redes sociales luego afirman que la FDA prohibió las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer/BioNTech y de Moderna. 

“La FDA acaba de prohibir la vacuna Moderna & Pfizer Covid en los EE. UU.,” dijo un usuario de Twitter. “Guau. Administración de la vacuna #COVID19 PROHIBIDA en EE. UU. ¿Se ha dado cuenta finalmente la FDA de las repercusiones de las vacunas apresuradas, no probadas y no verificadas?,” escribió otro. 

Pero esto es falso: la FDA no ha prohibido las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna, sino que actualizó su guía de vacunación contra el COVID-19, desautorizando una de sus versiones (las monovalentes, eficaces sólo ante una de las variantes del SARS-CoV-2) para que se utilicen las bivalentes (eficaces contra dos o más cepas del virus).

El objetivo de la actualización fue simplificar la estrategia de vacunación. La FDA sigue recomendando a la ciudadanía que cumpla la pauta de vacunación recomendada y subraya que “las vacunas previenen las consecuencias más graves del COVID-19, que son enfermedad grave, hospitalización y muerte”.

Esto también ha sido verificado por nuestros colegas de AFP Factual y Snopes.

Las vacunas de Pfizer y Moderna monovalentes no han sido prohibidas en Estados Unidos

Los tuits que circulan indican que las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna han sido prohibidas, luego de malinterpretar una comunicación de la FDA del 18 de abril de 2023. Pero lo que dicen los tuits es falso. La FDA no ha prohibido las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna, y de hecho sigue recomendando “mantenerse al día de la vacunación”, como recogen en su comunicado.

Lo que hizo este mes de abril la FDA es desautorizar el uso de una versión de las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna, las llamadas vacunas monovalentes, eficaces solamente ante la variante original del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, para mantener en uso sólo las versiones bivalentes, dirigidas también contra los linajes BA.4 y BA.5 de la variante ómicron.

Así se simplifica la estrategia de vacunación, ya que hasta ahora había que tener en cuenta qué tipo de dosis de la vacuna recibió una persona, para aplicar las siguientes dosis.

Esta nueva medida, según las instrucciones que da la FDA, “incluye la autorización del uso de las vacunas bivalentes actuales (cepas originales y ómicron BA.4/BA.5) para todas las dosis administradas a personas de 6 meses de edad o mayores, incluso para una o varias dosis adicionales para ciertas poblaciones”. Hasta el momento, las vacunas bivalentes de Pfizer/BioNTech y Moderna estaban únicamente autorizadas como dosis de refuerzo. La agencia cuenta con que esta simplificación “ayudará a fomentar la vacunación futura”.

La medida anunciada por la FDA no tiene nada que ver con la seguridad de las vacunas

La medida no tiene nada que ver con la seguridad de las vacunas, como dicen falsamente posteos virales. De hecho, la agencia incluye en el comunicado un recordatorio del efecto protector de las vacunas contra el COVID-19: “El COVID-19 sigue siendo un riesgo muy real para muchas personas, y alentamos a las personas a considerar mantenerse al día con la vacunación, incluso con una vacuna bivalente contra el COVID-19. Los datos disponibles continúan demostrando que las vacunas previenen las consecuencias más graves del COVID-19, que son enfermedad grave, hospitalización y muerte”.

Te recordamos que las vacunas contra el COVID-19 nos protegen frente al desarrollo de la enfermedad, los síntomas graves, la hospitalización y la muerte por COVID-19, y ya hay muchos datos disponibles que demuestran que estas vacunas son eficaces y están salvando vidas.


Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente por Factchequeado el 25 de abril y republicado gracias a una alianza entre FactCheck.org y Factchequeado. Factchequeado es un medio de verificación que construye una comunidad hispanohablante para contrarrestar la desinformación en Estados Unidos. ¿Quieres ser parte? Súmate y verifica los contenidos que recibes enviándolos a nuestro WhatsApp +16468736087 o a factchequeado.com/whatsapp.

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El uso de mascarillas tiene efectos mínimos en el sistema respiratorio y no causa COVID persistente https://www.factcheck.org/es/2023/04/scicheck-el-uso-de-mascarillas-tiene-efectos-minimos-en-el-sistema-respiratorio-y-no-causa-covid-persistente/ Fri, 28 Apr 2023 20:49:48 +0000 https://www.factcheck.org/?p=233755 El COVID persistente es un conjunto de problemas de salud causados por el COVID-19 que permanecen o aparecen tras la infección inicial. Es inverosímil que las mascarillas causen COVID persistente, contrariamente a lo que se afirma en internet. El uso de mascarillas puede causar molestias temporalmente, pero los efectos fisiológicos no son biológicamente significativos.

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Compendio SciCheck

El COVID persistente es un conjunto de problemas de salud causados por el COVID-19 que permanecen o aparecen tras la infección inicial. Es inverosímil que las mascarillas causen COVID persistente, contrariamente a lo que se afirma en internet. El uso de mascarillas puede causar molestias temporalmente, pero los efectos fisiológicos no son biológicamente significativos.


Historia completa

Actualización, 11 de mayo: El 12 de mayo, Frontiers in Public Health retractó el artículo que servía como fundamento para afirmar que las mascarillas supuestamente podían causar COVID persistente.

El aviso de retractación dice: “Después de la publicación, surgieron preocupaciones con respecto a la validez científica del artículo. Se llevó a cabo una investigación de acuerdo con las políticas de Frontiers. Se constató que las denuncias eran válidas y que el artículo no cumple con los estándares de solidez editorial y científica de Frontiers in Public Health; por lo tanto, el artículo ha sido retractado”.

Los síntomas del COVID persistente son variados, y los investigadores todavía están aprendiendo exactamente cómo el COVID-19 puede dar lugar a diferentes síntomas que permanecen o aparecen después de la enfermedad inicial. Pero no hay pruebas, ni es biológicamente plausible, de que el uso de mascarillas explique el COVID persistente.

Citando un artículo con errores publicado en Frontiers in Public Health, varias publicaciones en las redes sociales sugieren sin fundamento que las personas con síntomas de COVID persistente pueden estar sufriendo en realidad el síndrome de agotamiento inducido por la mascarilla, un término falso acuñado previamente por los autores del artículo.

“Absolutamente asombroso: el COVID persistente es en realidad el síndrome de agotamiento inducido por la mascarilla (MIES)”, tuiteó Jeffrey A. Tucker, compartiendo un enlace al estudio. Tucker es el fundador y presidente del Brownstone Institute, un grupo que se opone a los mandatos y a ciertas restricciones de salud pública.

Muchos otros mensajes compartieron un artículo sin fundamento –“Nuevo estudio encuentra que las mascarillas causan el COVID persistente”, originalmente en inglés– de un sitio web con un historial de difusión de información inexacta sobre mascarillas y vacunas. Los mensajes sobre el nuevo artículo también hacen referencia a afirmaciones más generales de que las mascarillas pueden afectar negativamente al sistema respiratorio y perjudicar la salud.

Pero aunque hay pruebas de que el COVID-19 puede tener un efecto duradero en algunas personas, no hay pruebas de que las mascarillas faciales, cuando se utilizan como se recomienda, tengan un efecto negativo en el sistema respiratorio que pueda provocar algún problema de salud grave.

El nuevo artículo de Frontiers in Public Health pretende ser una revisión sistemática y un metanálisis, lo que significa que reúne estudios sobre un tema que cumplen determinados criterios y combina sus datos para extraer conclusiones más amplias. El estudio examinó trabajos anteriores en los que se evaluaron los efectos del uso de mascarillas sobre las mediciones fisiológicas y los síntomas autodeclarados, sin aportar datos sobre las mascarillas y el COVID persistente.

En cambio, contiene afirmaciones que especulan sobre una conexión entre el COVID persistente y las mascarillas basándose en la coincidencia de varios síntomas autodeclarados, como la dificultad para respirar y el dolor de cabeza.

“Hasta ahora, varios síntomas relacionados con las mascarillas pueden haberse interpretado erróneamente como síntomas de COVID-19 persistente”, escriben los investigadores, quienes no aportan ninguna prueba de que las mascarillas y el COVID persistente estén relacionados.

El estudio también afirma demostrar que “las mascarillas interfirieron en la captación de O₂ y la liberación de CO₂ y comprometieron la compensación respiratoria”. Sin embargo, los expertos han señalado múltiples fallas y errores en el artículo.

Algunas personas sí han informado sensaciones de incomodidad, como dificultad para respirar, cuando se realiza actividad física con mascarillas faciales. Pero, a diferencia de lo que ocurre con los síntomas del COVID persistente, estas sensaciones se disipan cuando se quitan las mascarillas. Cuando los investigadores han medido los cambios fisiológicos relacionados con el uso de mascarillas, como la concentración de oxígeno o dióxido de carbono en la sangre, los efectos han sido mínimos.

La Dra. Susan Hopkins, especialista en medicina deportiva e investigadora en fisiología pulmonar y del ejercicio de la Universidad de California en San Diego, nos dijo que el artículo incluye estudios “que nunca deberían haberse incluido porque los métodos de recolección de datos son defectuosos”. El artículo también hace “un gran problema de cosas que pueden ser estadísticamente significativas, pero que son biológicamente poco importantes”, dijo.

No es la primera vez que un artículo de Frontiers in Public Health suscita críticas. Anteriormente, la revista publicó y posteriormente retiró un artículo en el que se presentaban varios argumentos refutados de que el VIH no causa el sida. En 2016, también aceptó de forma preliminar un artículo que apoyaba la idea desacreditada de que las vacunas están relacionadas con el autismo; el artículo fue rechazado después de que surgieron importantes dudas.

Tampoco es la primera vez que los autores de la revisión afirman que las mascarillas podrían tener efectos nocivos. Varios de los autores especularon en una revisión publicada en marzo que las mascarillas podrían haber causado el nacimiento de niños muertos y otros problemas de salud. Pero se trataba de una extrapolación basada en estudios sobre la exposición de animales al dióxido de carbono, que ignoraba el hecho de que las mascarillas no aumentan los niveles del gas en los seres humanos de forma clínicamente significativa. Sin embargo, el Daily Mail publicó un artículo con un titular alarmante, cuyas capturas de pantalla se han compartido ampliamente en las redes sociales.

Nos pusimos en contacto con el autor de correspondencia de ambos artículos (un cirujano con consulta privada en Alemania), pero no obtuvimos respuesta.

El estudio se basa en datos incorrectos y comete graves errores

El artículo de Frontiers in Public Health se basa en datos de estudios anteriores sobre mascarillas. Pero la Dra. Hopkins dijo que los autores incluyeron estudios con “datos incorrectos”. Por ejemplo, dijo, incluyeron un estudio con datos incorrectos sobre el volumen de aire que respiraban los sujetos y la cantidad de oxígeno que consumían. Ella y sus colegas escribieron una carta en la que explicaban que esos datos sobre la respiración eran biológicamente imposibles, basándose en otras mediciones realizadas al mismo tiempo en las mismas personas.

Foto por vladimirhodac/stock.adobe.com

El artículo de Frontiers afirmaba encontrar diferencias en la concentración de dióxido de carbono en la sangre entre las personas que llevaban mascarillas y las que no, pero basaba esta conclusión en algunos estudios que no medían el dióxido de carbono en la sangre. En su lugar, los autores de estos estudios colocaron sensores de dióxido de carbono justo fuera de la boca de las personas y trataron de medir la cantidad de dióxido de carbono que exhalaban, dijo Hopkins.

Eso es problemático, explicó, porque es difícil colocar correctamente el sensor para “poder comparar cosas similares”. También es difícil conseguir un sensor que responda con la rapidez suficiente para detectar las subidas y bajadas del dióxido de carbono cuando alguien inspira y espira. Las mediciones directas del dióxido de carbono en las arterias son fiables, afirma. Estudios bien realizados han demostrado que el impacto biológico de las mascarillas sobre el dióxido de carbono es insignificante.

Otras diferencias que el artículo pretendió hallar entre personas con o sin mascarilla, como la saturación de oxígeno en la sangre, son tan pequeñas que “carecen de importancia biológica”, dijo Hopkins, haciendo una analogía con la estatura: “Si le dijera que mido 5,7 pies, y usted me dijera ‘no, espere un momento, no mide 5,7; mide 5,6 y 15/16 pulgadas, yo diría ‘está bien, como quiera’”. 

Médicos y científicos también expresaron su preocupación sobre el artículo en internet. En Twitter, el Dr. Eric Burnett, especialista en medicina interna de la Universidad de Columbia, señaló, entre otras cuestiones, que uno de los estudios incluidos dice haber utilizado resonancia magnética para medir el oxígeno en el cerebro. “No hay forma de hacerlo utilizando solo una resonancia magnética, así que inventaron un sistema de puntuación que no está probado ni validado”, escribió.

Él y Gideon Meyerowitz-Katz, que se está doctorando en la Universidad de Wollongong, también coincidieron en que algunas diferencias en el artículo entre las personas que llevaban mascarillas y las que no, no son “clínicamente significativas” o “desde una perspectiva clínica, no son muy significativas”.

Meyerowitz-Katz también escribió en una publicación de Medium que el artículo de Frontiers in Public Health “está absolutamente lleno de errores básicos”. Por ejemplo, escribió, los autores transcribieron incorrectamente algunos números y a veces solo eligieron un grupo de personas que llevaban mascarillas para analizar cuando un artículo tenía múltiples grupos que usaban mascarillas.

Las mascarillas no provocan cambios fisiológicos significativos

No es ningún secreto que a muchas personas las mascarillas les resultan incómodas. “Las mascarillas te calientan la cara. Te hacen sudar la cara. No hay duda. Nadie lo discute. Hacen que algunas personas sean más conscientes de su respiración”, afirma Hopkins. Pero nada de eso significa que las mascarillas dañen el sistema respiratorio de una persona.

Según Hopkins, hay un par de formas en las que una mascarilla podría teóricamente afectar al sistema respiratorio. Las mascarillas aumentan ligeramente lo que se denomina espacio muerto, que equivale al volumen de aire que no sale de las vías respiratorias de una persona cuando espira. Cuando una persona vuelve a inspirar, el primer aire que toma es un poco más de una taza de aire viejo procedente de este espacio muerto. Las mascarillas aumentan muy ligeramente la cantidad de este aire viejo que se toma. Para superarlo, basta con tomar una bocanada de aire un poco más grande. 

Cuando una persona respira, las mascarillas también aumentan la resistencia al flujo de aire, lo que en teoría podría hacer que los pulmones trabajen más para tomar aire.

Sin embargo, el impacto de las mascarillas típicas que se usan en la vida cotidiana, como las N95, las mascarillas quirúrgicas o las mascarillas de tela, es muy pequeño. Según Hopkins, “no es biológicamente plausible” que las mascarillas “supongan un gran impacto fisiológico para el organismo”.

Los fisiólogos del ejercicio lo saben en parte porque, desde antes de la pandemia, han dedicado tiempo a tratar de añadir resistencia a la respiración, en un intento de comprender mejor el cuerpo humano y cómo el sistema respiratorio puede limitar el rendimiento. Esto significa que en un laboratorio, se conecta una persona a un dispositivo que puede dificultar la aspiración de aire y hacer que los músculos trabajen más para respirar. A continuación, los investigadores miden datos como flujo sanguíneo, frecuencia cardiaca, presión arterial y concentraciones de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre.

“Sabemos que incluso cuando nos esforzamos mucho para someter el sistema respiratorio a cargas enormes, apenas hace nada”, dijo Hopkins. “Estamos hablando de dos, tres, cuatro, cinco, seis veces más de lo que podría hacer una mascarilla”.

Los datos disponibles sobre las mascarillas utilizadas fuera de los estudios de laboratorio, como las N95 o las mascarillas quirúrgicas, tampoco muestran cambios biológicamente importantes en las mediciones asociadas a la respiración. Una revisión de 2021 publicada en Annals of the American Thoracic Society, de la que Hopkins es coautora, analizó estudios sobre el uso de mascarillas durante la actividad física y concluyó que “los efectos sobre el trabajo respiratorio, los gases en la sangre y otros parámetros fisiológicos impuestos por las mascarillas faciales durante la actividad física son pequeños, a menudo demasiado pequeños para ser detectados, incluso durante el ejercicio muy intenso”. Según los investigadores, los estudios sí sugieren que las mascarillas pueden aumentar temporalmente la percepción de dificultad para respirar.

Una revisión sistemática y un metanálisis realizado por otro grupo de investigadores, publicado en 2021 en Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism, encontraron que las mascarillas quirúrgicas o las N95 sí hacían que las personas sintieran que hacían más esfuerzo y les costaba más respirar, pero esto no se traducía en un cambio en el rendimiento durante el ejercicio. Solo aumentaban ligeramente la frecuencia cardiaca y el dióxido de carbono liberado al final de una respiración, aunque Hopkins volvió a decir que este tipo de medición del dióxido de carbono es problemático. En cualquier caso, los autores calificaron de “mínimos” los cambios en estas mediciones fisiológicas.

Las mascarillas no son una causa plausible de COVID persistente

Hay errores lógicos en la idea de que las mascarillas, que pueden reducir el riesgo de que alguien contraiga el coronavirus en primer lugar, son responsables del COVID persistente.

Como ya hemos mencionado, el artículo no presenta pruebas de que las personas con COVID persistente padezcan males relacionados con las mascarillas. Existe un solapamiento superficial entre algunos síntomas del COVID persistente y los problemas subjetivos que las personas manifiestan tener con las mascarillas, como la dificultad para respirar y el dolor de cabeza. Pero el COVID persistente tiene muchas manifestaciones y síntomas adicionales.

Las causas de estos síntomas son probablemente variadas, según un estudio de revisión publicado recientemente en Nature Reviews Microbiology. Por ejemplo, los problemas como la dificultad para respirar y la tos son molestias persistentes comunes tras la infección que suelen resolverse con el tiempo. El COVID-19 es, por supuesto, una enfermedad respiratoria que puede dañar los pulmones, y algunos estudios de personas con COVID persistente han mostrado tener anomalías pulmonares. Se han registrado otros problemas, incluido un problema del sistema nervioso denominado disautonomía, en las secuelas de otras infecciones anteriores a la pandemia. 

Como ya hemos dicho, los investigadores siguen estudiando cómo el COVID-19 provoca síntomas de COVID persistente. Los mecanismos propuestos incluyen la permanencia del virus en los tejidos, efectos sobre el sistema inmunitario, cambios en la composición de los microbios del organismo, problemas de coagulación de la sangre y efectos sobre el sistema nervioso.

Muchos expertos en línea señalaron que el COVID persistente es un problema de salud continuo, mientras que las fuentes de malestar asociadas a las mascarillas desaparecen una vez que las personas se las quitan.

El Dr. Jonathan Laxton, médico internista canadiense, tuiteó: “Tengo una clínica llena de pacientes con COVID persistente: ¿no les parece que nos daríamos cuenta de que mejoraron cuando se quitaron las mascarillas?”.

“Es una GRAN exageración culpar de los persistentes y prolongados síntomas de COVID a una mascarilla que alguien no lleva puesta”, tuiteó Burnett.


Traducido por Claudia Cohen.

Nota del editor: Los artículos de SciCheck que brindan información certera y que corrigen información errónea sobre temas de salud se publican gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación.

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